Cocina creativa en un entorno muy chic

Uno de los restaurantes más "in" de Barcelona por su ubicación, en la planta 24 del Hotel ME, por la agradable terraza donde esperas tomando una copa, por el protagonismo de la cocina (entras por ella) y por la coqueta sala de diseño minimalista. Para los más aficionados se puede comer en la mesa al lado de la cocina, que está a la vista de todos los comensales. La carta de vinos tiene una selección suficiente. Optamos por el Nikolaihof Gruner Veltliner 2007 (35€).

Respecto a la comida, nos habian dicho que los hermanos gemelos Javier y Sergi Torres estaban haciendo una de las cocinas creativas mejores de Barcelona así que pedimos el menú degustación (80€), que presentaba platos excelentes (cazuela de 37 verduritas, la merluza cocinada al vacío con la Gastrovac, un invento de Sergi Torres, que permite obtener un punto al pescado espectacular, no habia visto cosa igual) y otros simplemente buenos. El nivel medio es alto.

El servicio de sala es un poco frío y tras retirarse los hermanos Torres de la cocina (un poco antes de las 12) todo se queda un poco desangelado (el contraste con el trato humano en el Celler de Can Roca es inevitable). Creo que necesitan a un sumiller en sala con más personalidad.

En definitiva, un sitio chic, de moda, con una cocina vanguardista muy bien resulta técnicamente pero al que echo a faltar algo más de alma para acabar de seducir completamente.

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