Mi primer 10 en comida

Grandes y gratas sensaciones después de haber visitado este restaurante. Se cumplieron las expectativas y disfrutamos de una comida de altura.

La sala es grande, luminosa y limpia. El hecho que ningún comensal fumase hasta bien entrada la tarde, aunque la sala estaba repleta y se permite fumar, favoreció este hecho. Nos alojaron en una mesa amplia (para 4, aunque éramos 2) y nos preguntan si deseamos tomar algo: Una Heineken y una Alhambra. Se acerca el Chef a tomar la nota y, al solicitar el menú degustación, nos explica su propuesta. No objetamos nada pues somos grandes comedores y, afortunadamente, no hay alergias a nada.

- Vichisoise: muy muy rica.
- La célebre ostra al gintonic con pepino: muy bien los "adornos", pero lo mejor, como siempre la ostra, aunque la sacasen sola. No muy grande, pero sabrosísima.
- Ensaladilla con salpicón de marisco: plato sencillo y genial al mismo tiempo. La ensaladilla con una textura casi puré. El salpicón, y su aceite, conseguidísimos. Y los tropezones de bogavante muy muy ricos.
- Falso canelón: a mi gusto el plato menos bueno, sin desmerecer.
- Gamba hervida de Denia con crestas de gallina. La gamba poco hecha y de tamaño considerable estaba rica, pero, ¡menuda sorpresa con el acompañamiento!: sublime, sabroso (siento repetirme con este adjetivo, pero es el que mejor se adapta a los platos), de diez.
- Mero con alcachofas, boletus e ibérico: Otro plato genial: un mero bien seleccionado y bien cocinado, y aquí lo estaba, es una apuesta segura, pero la guarnición triunfa ya de por sí sola y enaltece el plato mucho más.
- Solomillo de ternera con patatas a lo pobre y huevo: Plato correcto, aunque, a mi gusto, no el mejor: muy buena la carne, poco hecha, acompañada de una especie de revueltillo de patatas.
- Tarta de queso fresco cuajado: Mmmmmm, muy rica. Sin secretos pero uno de los mejores postres que he probado últimamente.
- Torrija caramelizada con sorbete de cíticos: Bueno, pero me gustó más el primero.

En definitiva: una grandísima comida en la que, nuevamente, destacaría el calificativo de sabrosa, además de valorar la presentación de los platos, los puntos de coción y sal, la temperatura...

La carta de vinos es bastante completa y hay donde elegir. Figuran vinos clásicos y también aquellos que últimamente "pegan" más. Sólo una sugerencia, para nada una queja. Introduciría algun blanco de Cataluña (Clos Nelín, Clos María, La Calma, Rocallís, Mas d'en Comte, Gramona Sauvignon blanc...). Son grandisimos vinos, como los que hay, pero que darían aún mayor categoría a la carta. Los precios podríamos calificarlos como "normales" (x2, más o menos). Tomamos un Vallegarcía Viognier en la comida y Riesling JJ Christoffel, ambos servidos a temperatura correcta y sin faltarnos jamás vino en la copa.

Enhorabuena al equipo de Kaymus.

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