La improvisación a veces tiene recompensa

Quería llevar a mi mujer a comer al Saüc el día 24 de diciemre, pero precisamente ese día la cocina del Saüc ya estaba cerrada, por lo que opté por ir a otro restaurante de la misma calle.

Desde el momento en que entramos nos trataron con mucho esmero y profesionalidad. La decoración del local es muy adecuada, de estilo moderno y de una alta calidad.

Para comer pedimos los siguientes platos:

Jamón de jabugo; muy bueno pero los he probado mejores.
Ventresca de atún lideramente a la plancha con acompañamiento de tomates tipo cherry; realmente espectacular y sorprendente.
Rape a la plancha; muy bueno, en su punto justo de cocción y muy delicado.
Bacalao con guisantes; el punto de cocción era el justo, el bacalao estaba lo suficientemente hecho pero conservaba su textura y frescura. En defintiva un acierto pleno.

Para beber pedimos un Taberner 2006, el cual acompañó perfectamente los platos que pedimos, al presentar las notas bálsámicas típicas de las uvas shiraz, aunque sigo prefiriendo el 2005. Tanto el servicio del vino y como las copas fueron muy acertados.

Al final de la comida, el chef Marc Roca nos saludó y estuvimos comentando un poco la comida y nos confesó que el Taberner era una gran vino a un precio razonable, pero que el 2006 todavía le falta un poco más de botella.

En definitiva, y a pesar que no fuimos donde habíamos previsto inicialmente disfrutamos mucho en este restaurante, y sin duda alguna repetiremos.

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