Pues nada, otro sábado tonto, frío, con tramontana, y en el que de nuevo acabamos en l’Escala” para visitar, El Mesón del Conde.
La última visita a este restaurante fue con mi hija, cuando comimos un arroz con “gambas” que por cierto continúa en la carta, (ignoro si con gambas de verdad, o siguen sustituyéndolas por langostinos), en esta ocasión nos acompañaba la parienta que puso alguna pega al restaurante por no guardar demasiado buen recuerdo, pero como de ello hacía unos años al final pudimos convencerla.
En esta ocasión nos dieron mesa en el comedor antiguo, mucho más acogedor tanto por el local en sí, como por el fuego de la chimenea que estos días de frio y viento se agradece.
Tras hojear menús, carta y sugerencias, elegimos:
Hasta aquí todo perfecto, fenomenales los caracoles y muy buenos los calçots, pero…….. llegaron los segundos:
1/2 Langosta . Más de lo mismo, visto lo que me habían servido a mí, viendo la cara de la parienta, y recordando sus advertencias sobre lo que ella recordaba de este restaurante, pensé que era más prudente no preguntar.
En vista del éxito de los segundos, decidimos pedir directamente el café y la cuenta, pero una de las cosas que mi hija recordaba con cariño de este restaurante era el postre, así que pedimos:
Taps de Cadaqués, para dos. Se trata de unos pastelitos de bizcocho con azúcar y mantequilla en forma de tapón, que se elaboran en la población de Cadaqués desde el siglo XVIII, y que se suelen presentar flambeados con Ron o Tía María, aparte de un poco de azúcar, canela, café….... Así es como los preparan, falta el final pero es que tras añadir la leche había que esperar dos minutos que se harían muy pesados.
Lo hemos acompañado con:
Total 104,12€ para 3 adultos.
Una pena que te cuelen entre las sugerencias del día, que como su propio nombre indica deberían de ser platos del día, platos recalentados, especialmente platos como el cordero/cabrito al horno que de un día para el otro queda reseco, desvirtuando totalmente tanto el sabor como la textura del plato. Para esa carne que sobra, inventaron nuestras abuelas que eran muy sabias, los canelones.
Por lo demás, situado en un pueblecito encantador, pueblo con un encanto especial para los de la generación de “El Capitán Trueno”, ya que según su creador Víctor Mora, fue en estas tierras junto al mar, con montañas al fondo y castigadas por el viento del norte, donde vio la luz y comenzó sus aventuras el famoso héroe.
En cuanto al restaurante, mesas bien vestidas, con no demasiada separación entre ellas, cubertería, cristalería y vajilla adecuadas. A diferencia del restaurante visitado el pasado sábado, el servicio de sala sí ha estado a la altura, profesional, atento y cercano.
Si vuelvo, me aseguraré de lo que pido, quizás sea más adecuado el apartado de tapas o raciones.
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Preparación
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Taps
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Caracoles
Situado en un precioso pueblecito famoso por sus ruinas.
Pedimos 2 de calçots de primero 12€ “la teula”
1 de Arroz caldoso de “GAMBAS” y ceps 15€ bueno, pero con una pega, si en la carta dice “gambas” deberían poner “gambas” en lugar de langostinos.
Botella de ½ de Ana de Codorniu, 16 €
Pastel de chocolate, 5 €
Agua, café……
Buena opción tanto por el entorno, como por el tipo de comida variada que ofrecen, desde calçotadas, hasta cocina marinera.
Servicio atento y profesional.
Solo una sugerencia, si en la carta ofrecen un “arroz caldoso de gambas y ceps”, pongan gambas no langostinos ni otras cosas que se le parezcan.
Este fin de semana hemos hecho una escapa a Torroella de fluvia y aconsejados por gente de la zona nos pasamos a comer por este restaurante.
La verdad es que el lugar engaña, ya que esta situado en una zona bastante turística., pero luego te llevas una grata sorpresa ya que ofrecen una cocina típica y tradicional con buena materia prima y productos de la zona.
Probamos un arroz caldoso realmente bueno y de postre cabe destacar los típicos taps de cadaques "buenisimos", vale la pena ir aunque solo sea para degustar este tipico postre de l'empurdà.
Me gusta descubrir mucho sitios por lo que quizas no vuelva ya que no soy de la zona, pero merece la pena hablar de este restaurante.