Producto gallego, honestidad, creatividad y excelente RCP

Volvemos a Pandemonium, un restaurante de cocina de mercado proyectada por la ilusión de un joven cocinero Antonio Botana y entendida y compartida por su novia Sandra y su hermano Juan.

Cuando pasas a su amplia sala con aforo de 40 personas, te olvidas que estas en Cambados y más parece un restaurante de gran ciudad. Luces tenues, bonita decoración ecléctica sin recargamientos con colores más bien intensos pero no molestos y un gran mural en la pared más larga. Las mesas con separación suficiente, buen menaje y cuidada carta, tanto en los platos como en la bodega, que cuenta con 150 referencias. Su menú degustación es un viaje sensorial por 41€, por lo que es fácil afirmar que su RCP es excelente.

El evento arranca con un aperitivo de Jurel en Sal de Curry y Manzana. Interesante.

Aparece después una Vieira en Salazón y Crema Helada de Pimiento del Piquillo. Una hermandad sorprendente tanto en sabores como en texturas.

Continuamos con un Lacón Trufado con Huevo y Parmesano Reggiano. Tres intensidades que fusionaron con delicadeza en el paladar.

Llega el Micuit con Alcachofa y Manzana. Realmente exquisito.

El siguiente plato ya gustó solo verlo encima de la mesa, Lubina con Espinacas y Vinagreta de Cítricos. Nos paramos a detallar que el punto de cocción de las espinacas y de la Princesa Lubina era memorable, ¡qué sabor, qué textura, que color!

Aun nos quedaba el regusto del último plato cuando hizo acto de presencia el Steak Tartar de Vaca Gallega. Los jugos gástricos se revolucionaron al contemplar uno de nuestros platos favoritos… y más aun cuando observamos que estaba cortado a cuchillo como mandan los cánones. El vibrante sabor de su carne y el punto de su elaboración nos lo hizo situar entre aquellos que como los buenos besos siempre perduran en la memoria. De los que la morriña de su recuerdo te hace coger el coche y hacerte los kilómetros que sean precisos para tener otra aventura.

Llegamos a los postres donde nos regalaron el sutil toque dulce con recuerdos de infancia, una Natillas con Helado de Galleta Oreo. Perfecto fin de viaje.

Nos regamos tal experiencia sensorial con un albariño de pequeña producción de la cercana zona de Castrelo, esos albariños de toda la vida sin notas de piña, plátanos, lichis o fruta de la pasión que han salido al mercado como hongos y que en nuestra humilde opinión quedan muy lejos de lo que siempre ha sido un albariño de estas rías.

Pandemonium, no os dejéis engañar por el nombre… aquí ni encontrareis ni confusión ni ruido sino un lugar con una cocina honesta, directa, auténtica con sus raíces gallegas, exquisita en sensaciones, con un inmejorable producto de la zona y con una excelente RCP. Un placer ir y, como nosotros, repetir.

  • Lubina con Espinacas y Vinagreta de Cítricos

    Lubina con Espinacas y Vinagreta de Cítricos

  • Micuit con Alcachofas y Manzana

    Micuit con Alcachofas y Manzana

  • Vieira en Salazón y Crema Helada de Piquillo

    Vieira en Salazón y Crema Helada de Piquillo

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