Restaurante El Galeón de Somo en Somo
Restaurante El Galeón de Somo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes.Excepto verano que no cierra ningún día.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
54 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.7
Comida COMIDA
8.6
Precio medio entorno ENTORNO
6.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Cava climatizada con champagnes
Arroz con bogavante
"El Mero"
Tiramisú
Arroz con bogavante
Puesta de sol
Opiniones de El Galeón de Somo
OPINIONES
16

Animados por comentarios anteriores y sobre todo por el último y más reciente del "señor doctor", nos hemos desplazado hasta Somo, localidad que no conocíamos.
Primero a reservar mesa al Cenador de Amos para el viernes y tenemos la suerte de que nos la reserva el jefe en persona. Se nota que él no lo hace habitualmente, le ha costado más que andar entre fogones.
Habíamos llamado al Galeón pues teníamos antojo de un arroz con bogavante y esas cosas mejor pedirlas con antelación. El teléfono nos lo ha cogido Agustín y un vacilón el tío, enrollao.
El local, al ser verano, dispone de una terraza cubierta y apetece hoy cenar en la calle.
Yo creo que han esperado a que llegáramos para preparar el arroz pues han tardado un rato, no en exceso. Le he dicho al más que amable chabalote que nos ha antendido a ver si me daba tiempo a echar un cigarrito y me ha dicho que sin lugar a dudas, que incluso dos. También nos ha dicho que no pidamos nada para picar que con el arroz nos íbamos a quedar sobrados. Un detalle no muy habitual por desgracia. Nos ha sacado un cava que recomiendan, Bilardau Brut nature reserva, a un precio muy arreglado pero que mira por donde no nos ha convencido en exceso. Tampoco somos mucho de cavas.
Al cabo de un rato ha llegado el muchacho en cuestión con una cazuela que nos ha dejado a nuestro lado. Yo le he mirado y le he dicho: oyes, no te has confundido? Esto no puede ser para nosotros.
Con una sonrisa nos ha dicho que sí que eso era un arroz para dos.
Al principio aquello parecía un caldo con algo flotando pero después de los 10 minutos recomendados, ha empezado a aflorar el arroz y por supuesto el bogavante y nos hemos puesto a ello.
Muy rico, caldoso, sabroso, el bogavante de buen tamaño y exquisito sabor.
Juro que lo hemos intentado, uno es de donde es y no le gusta quedar mal pero ha sido total y absolutamente imposible.
Le he preguntado que si alguna vez se habían comido entre dos aquella semejante ración y me ha confesado que nadie; menos mal.
Tentados por el comentario del tiramisú hemos pedido uno para compartir, recordándole que queríamos 1 ración, para 1.
Ha venido con otra sonrisa en los labios y nos ha dejado la ración de turno. Para uno? La verdad es que muy rico, jugoso, con una especie de natilla acompañando.
Un tiramisú en condiciones, vaya.
El pan muy corriente, de barra y no fresco pero ¿quien es capaz de comer pan?
Un cafecito, rico de nuevo, y van........
Y por invitación de la casa, un Px para rematar la faena.
Gracias argug por recomendar semejante sitio, menos mal que sé que no eres gastroenterologo, si no pensaría mal.
Tenemos que volver el año que viene, sin duda, hay que probar esos pescados que hemos visto en otras mesas.
Un precio pero que muy comedido para lo degustado.
Un placer, a recomendar, sin duda.

  • Tiramisú

    Tiramisú

  • Arroz con bogavante

    Arroz con bogavante

  • Puesta de sol

    Puesta de sol

Situado en una zona de veraneo, ayer en la fase tardía del otoño, pudimos aparcar en frente de la puerta del local, misión imposible en pleno verano. A pesar de la escasez de coches y gente en la zona, ayer cuando acudimos al local cuatro personas a las 15 horas, no tuvimos esa sensación de soledad en local o de incluso “llegar a molestar” que suele ocurrir fuera de temporada en ciertos locales, sino todo lo contrario, buen recibimiento con ambiente agradable, etc.
El local se ha definido perfectamente en los comentarios anteriores, nos hemos acomodo en una esquina rodeados de cristaleras que dan directamente a la calle, en un comedor amplio en el que se ocuparon al final 4-5 meses, todas alejadas de la nuestra, si bien es verdad , que si él local se hubiese completado de ocupación, las mesas cercanas estaban relativamente cerca, lo cual creo es conveniente apuntar, pues en pleno a verano la intimidad de unas meses con otras, tiene que ser relativamente baja.
Aunque nos repartieron nuestras cartas, nos dejamos aconsejar por el responsable del local, decidiéndonos por:
A compartir:
Croquetas de bacalao: buen punto de la masa, buena cobertura y lo más importante, sabían a bacalao. En la bandeja colocado al centro en la que venían las croquetas, como detalle de la casa, se colocaron de cuatro a seis porciones de huevas de cachón, producto poco frecuente y que eran todo sabor a mar, aunque reconozco que su textura puede resultar, al menos extraña, a quien no los conozca.
Percebes: ya nos había advertido que los que disponían en esta ocasión era de tamaño mediano, pero de la zona: muy buen punto de cocción (detalle muy poco frecuente encontrar) y todo sabor.
Cigalas fritas: según me enteré posteriormente es una especialidad de la casa. Tamaño normal, pero con un buen punto y gran sabor.

Antes de pasar el plato principal de nuevo otro detalle de la casa: un plato al centro con un arroz caldoso de bogavante, con sus cuatro cucharas correspondientes. Excelente el caldo, buen nivel y cantidad de la carne del bogavante y del rape que le acompañaba, pero el arroz (me comunicaron que eran del delta del Ebro pero sin poder decidir de qué tipo de grano en concreto) sin poder decir que estuviese malo, no me acabó de convencer, pues no se había impregnado bien de la maravilla que le rodeaba.

De plato nos pusimos de acuerdo los cuatro comensales y llegó el rey de la comida:
Rodaballo de 2, 800 kilos, a la plancha (no marcado a la plancha y luego finalizado en el horno): excelente. No pudimos terminar el mismo quedando como un 20-25 por ciento, lo cual por una parte creo que es un pecado y no venial y por otra parte se nos notaba la sensación de oportunidad perdida.

Para completar los postres: leche frita, una mouse no recuerdo de que, un tiramisú al estilo de Cantabria y una tostada al estilo de la casa. Sólo logró elogios el tiramisu estilo de Cantabria y a mi criterio resultó entre flojo y extrañó la tostada al estilo de la casa, que volvió a la cocina en un 60% de su contenido y que curiosamente nadie del local se interesó cual fue la causa.
El servicio de mesa eficiente, con muy buen ritmo, discreto de (de esos que están pendientes de cuando finaliza cada plato a una distancia prudente sin hacer preguntas con contestación supuesta). Mesa bien vestida con cubertería y vajilla de nivel más bien notable
Mención aparte merece el responsable del local, todo un profesional del sector, aconsejando en cada momento, escuchando, sin intentar vender productos caros, sin alardear y en mi modesto criterio, hablando la cantidad precisa y suficiente sin ser parco.
En cuanto a los vinos, carta amplia con gran predominio de blancos, champagne y cavas (lo cual es de esperar en un local con este tipo de producto). En esta ocasión optamos por Louro do Bolo fermentado en barrica 2009 y Mantel Blanco fermentado en barrica 2007. Copas de buen nivel, cambiando las mismas. Buena temperatura de vino con cubitera. En cuanto servicio del vino en sí, escaso sin ni siquiera dar a probar. El precio de lo vinos un poco por debajo de multiplicado por dos.
El precio final de la comida, no sé exactamente a cuánto ascendió, pero sí puedo comentar que el responsable de pagar la misma, nos comento que la había parecido una cantidad con una buena relación calidad precio.
En conjunto, buen producto, bien tratado, servicio eficiente y un gran profesional el responsable del local. Lo único que bajó un poco del resto fue, el servicio en sí del vino y alguno de los postres. En verano es de suponer que posiblemente los meses se encuentran demasiado juntas.
Buena despedida.

La primera impresion es el de un restaurante de costa más...... Pero denota un caracter en las materias primas y su elaboracion. Y Agus es todo un caracter, una inmensidad en una cocina que es indescriptiblemente pequeña. De su "puesto de mando", controla fogones, y sala. Y cuidadin en retrasarse en servir los platos cuando los deposita en la mesa auxiliar, porque estalla el vozarron de Agus, recriminandolo, pero siempre con una inmediata respuesta de su personal de sala segun la mesa que afecte "el retraso".......el ya voy Agus, ya voy....es celebre. Y todo ello se nota. Nada salió fuera de su punto ó temperatura correspondiente. Tomamos en inicio, cigalitas fritas, changurro y cocochas de merluza para el centro de mesa. A continuacion langosta, bogavante, en su punto perfecto de plancha. Rodaballo y lenguado, magnificamente en su punto. Y de postres, verdaderamente autenticos y artesanos: Leche frita, trufas, tarta de queso con frutas del bosque. Todos ellos en raciones con una generosidad y tamaño algo inusual. Para acompañar vino Terras Gaudas, en su punto de frio, correcto. Cafes y licores. No diremos que volveremos, porque ya lo hicimos varios dias despues, como despedida de estas tierras.

Sin ningún genero de dudas, una de las referencias de Cantabria. Pescados y mariscos frescos. La mejor calidad y ahora, a cubierto. Lo dicho: una garantía.

Después de la remodelación de este modesto Rte, he ido a disfrutar nuevamente de sus pescados.Ha ampliado el comedor cubriendo la terraza, con lo cual tienes asegurado comer cualquier día del año y las inclemencias del tiempo no afectan como antaño.Las raciones siguen siendo gigantescas. Los primeros platos fueron: Mejillones en salsa verde aderezada con palo cortado, sabrosísimos y sin valvas (12,00). A continuación ensalada de carne de centollo y langostinos con salsa rosa, gigantesca ración con abundancia de centollo y langostinos y poco "pacín verde" como debe ser, muy fresca (18,00)
Los segundos, cocochas de merluza en salsa verde, eran 18 cocochas y de buen tamaño, magníficas de sabor y ligada la salsa (15,20) y un fresquísimo lenguado de 0,600 kg. y el punto de plancha perfecto con la carne sin hacer junto a la espina y en vez de pala de pescado se necesitaba cuchillo para poder trocearlo.
De postre unas gigantescas trufas de chocolate con brandy (3,60) y dos cafés.
Para beber Mantel Blanco Sauvignon Blanc en champanera, la ponen sin reclamarla(10,00) y agua de Solares 1/2 L.(1,25).
Sigue teniendo una gran carta de vinos, en donde destacan 12 champagnes y abundantes vinos blancos de Rias Bajas y Ruedas y en los tintos encontramos Quinta Sardonia, Numantia, Wences, Pago del Vicario, etc. Los fines de semana es recomendable reservar pues acaba llenando.

Es un modesto restaurante de una localidad de veraneo de Cantabria, pero no su carta.Extraordinarios pescados y mariscos del Cantábrico, a unos magníficos precios.Con Agustín en la cocina, en donde verle trabajar es todo un espectáculo.Suculentos rapes, lubinas, jargos,machotes, rodaballos(Siempre salvajes que dicen ahora)Es sin duda uno de los mejores de Cantabria por su relación precio calidad.Una buena y surtida carta de vinos en donde sobresalen los blancos y champagnes.Postres caseros. Muy importante las raciones son gigantescas. Fines de semana y festivos es conveniente reservar.Ejm. de precios:Ensalada de centollo (18 e.),Salpicón de Marisco y rape (14,5),Setas con Foie-gras(12 E)Condes de Albarei(12,9).

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