Corroborar lo que apunta Pelos aquí abajo. Estaría muy bien si bajasen los precios un poco, y no por la crisis, si no por lo que hemos dicho cien mil veces por aquí: el precio de las tapas es desorbitado por lo que ofrecen, y este es uno más de la lista. No es mediocre, ni mucho menos, la decoración está chula (se han dejado pasta) y la presentación y servicio está por encima de la media, pero esos precios... no se puede establecer como normal 4€ por una tapa de batalla, por favor...
Respecto a las bravas, que pronto veréis en el blog (http://bravasbcn.blogspot.com) y de las que os pongo una foto: muy pero que muy buenas. Me encantó la manera de asarlas y las salsas están ricas, ricas.

No es que antes fuera mucho mejor pero, supongo que se ha contagiado del ambiente que se respira en la zona, donde abundan los ¿restaurantes? dedicados a nuestros queridos turistas que nos invaden.

La carta de vinos es más bien una lista. Poco y caro. Bebimos un Belondrade y Lurton (sobre los 35/botella)y comimos una serie de tapas. Bueno el bikini de jamón ibérico y trufa,y el entrecot de ternera a las tres sales. Las chips de alcachofa algo requemadas y las croquetas de ceps y las de queso y tomate, así así.

Local bonito, excesivamente blanco y luminoso.

Si caes por la zona y no sabes donde comer, no es un mal sitio. Pero no vale la pena ir a propósito.

Comimos el menú para 4 personas, bikini de jabuga, brocheta de verduras, chipirones a la andaluza, surtido de butifarras, croquetas de jamón y de setas, orbete de citrón y legumbres, espuma de crema catalana, vino blanco y tinto penedés.

Todo muy rico, lo único que falló fue el servicio, un poco descordinado, fuimos con un bebe y trajeron su comida tarde.

Organizan catas y eventos para grupos.