No haré ninguna referencia al local puesto que se mantiene en idénticas condiciones de mi valoración anterior, habiendose realizado nuevas exposiciones por otros comensales en cuanto a instalaciones y coincidiendo con la mayoria de ellos...con lo cual el local y en concreto el entorno bueno.
En ésta ocasión me ha llamado la atención con respecto a la nota anterior dos hechos concretos. En primer lugar y como más relevante la pena de servicio sufrido a pesar de que en la parte interior del local y en todas sus dependencias apenas habian 7 mesas ocupadas, más otras 4 ó 5 en la terraza de entrada. El segundo hecho radica en haber apreciado una carta de vinos (bodega) bastante inferior en cantidad y calidad. Lo de calidad por precio puedo entenderlo pero no así en cuanto a cantidad con vinos asequibles.
La comida transcurrio sin grandes complicaciones y el producto al nivel esperado conociendo sobradamente ésta franquicia. Como entrantes y para no salirnos del guión empezamos con las mollejas que les gusto en demasía a los cuatro comensales que eramos, seguido del chorizo criollo y la morcilla argentina, encontrandolos ambos correctos.
Para los segundos platos hubo duplicidad....2 medallones de solomillo iberico, acompañados con su correspondiente verdura, queso y patatas, y 2 de lomo alto y como acompañamiento patatas gratinadas con queso...ambas carnes hechas en su punto, tiernas y buenas de sabor.
De bodega pedimos un Viña Izadi Crianza,
por resultar un vino con no demasiado cuerpo pero agradable y suave a la vez que equilibrado, al gusto de una compañera y amiga de nombre Mati....bueno, al final quedo satisfecha con el vino...vamos conociendo sus gustos. Por cierto, las copas igual para vino que cerveza. Me imagino que para un reserva ó gran reserva ofreceran a la vez que decantación (en ésta ocasión no lo hicieron) otro tipo de copas, aunque si debo juzgar porque ni siquiera se limitaron a servir el vino en las copas tengo mis dudas.....únicamente botella abierta y dejada caer sobre la mesa.
Como postre 1 helado de vainilla y chocolate y 1 de Tiramisú. Por cierto, Mati que sigue igual de exigente que con el vino no le gusto el chocolate y Susa (otra compañera y amiga)dio buena cuenta del Tiramisú, aunque se dejo un poco por aquello de la operación bikini:-).
Bueno, al menos éstos comentarios y otros jocosos similares sirviendo para hacer más corto el tiempo de espera entre plato y plato, que más bien parecia el servicio de alguna boda.
Terminamos con 1 café solo....bueno 2. Me explico, se pide un café solo y pasa un buen rato sin servirlo; se vuelve a pedir a otro camarero con indicación de que estaba pedido..nos traen el último y al rato vienen con el primero...En fin, cosas de la vida porque con el vino ya nos habia ocurrido que lo habiamos pedido y lo tuvimos que reclamar nuevamente.
La próxima visita esperemos encontrar un servicio más atento, rápido y profesional.