Cuidado entorno

Restaurante que he tenido desde hace bastante tiempo en agenda para su visita, con la idea preconcebida de: difícil de localizar, excelente decoración, posibilidad de comer en la zona exterior y buen servicio.
El tema de la localización resultó tremendamente sencillo al acceder por la nueva carretera que atraviesa el rio Besaya, la decoración en sí resulta muy agradable y la posibilidad de comer en la zona exterior, resultó impensable dado que se trataba de un día de los numerosos “de perros”, que estamos sufriendo en este invierno cántabro.
Cuatro comensales nos acomodamos en una amplia mesa en el comedor superior, tras una excelente recepción.
Tomamos para compartir pero emplatados desde la cocina:
Pate de setas y champiñones: sabía a tal, como en mi criterio deben de saber.
Albóndiga de palometa: bien presentada en un pequeño cuenco y que aunque era simplemente una unidad, se trataba de una de esas albóndigas que podemos llamar gigantes.
De platos:
Dos comensales se decidieron por cachón a la plancha, un tercero por codornices y el cuarto, en este caso mi plato, por venado estafado al vino tinto: raciones generosas en los cuatro platos y en concreto mi plato: buena la carne, con buena integración del vino y ahí se quedó.
De postres, en mi caso brazo de gitano: hacia mucho que no comía éste postre, pero el mismo no me recordó aquéllos brazos de gitano que tengo idealizados de hace muchos años, posiblemente sea eso, una idealización.
Unos cafés y un GT preparados completaron la comida.
En cuanto a la carta de vinos, la encontré algo escasa, precios razonables y no teniendo en existencias algún vino de los pedidos y si, nos presentaron algunos opciones fuera de carta. Al final tomamos Belondrade Lurton del 2006 y Al Muvedre de 2009. Buenos copas y en cuanto al servicio del vino en sí, el blanco con buena temperatura con cubitera y precisando rellenar en alguna ocasión las copas los comensales.
Tras la comida nos enseñaron ciertos rincones del restaurante que resultan realmente agradables para disfrutar en una nueva visita. Una buena despedida.
La sensación al final, en cuanto al servicio y amabilidad cumplió con creces las expectativas y en cuanto a la cocina en sí, creo que hay que dar segunda oportunidad, pues ninguno de los platos consiguió que se recuerde y que te obligan a comentar: hay que volver a comer tal plato.

  1. #1

    Jeronimo

    Tanto el nombre del restauranre como el del pueblo, auguran algo diferente a lo normal.

  2. #2

    Gabriel Argumosa

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    El nombre creo que significa ubicacion entre dos regatos.

    El nombre del ayuntamiento San Felices da un buen auguro, curiosamente el alcalde de este pueblo es Jose Antonio Gonzalez Linares, comentarista de ciclismo en la cadena SER y antiguo ciclista en la epoca de Merkx, que creo que ha sido el mas votado en terminos relativos en las ultimas municipales, creo que todos los concejales son suyos, del partido regionalista PRC.

    En cuanto al restaurante, en mi criterio le faltó alma en la cocina.

  3. #3

    Jeronimo

    en respuesta a Gabriel Argumosa
    Ver mensaje de Gabriel Argumosa

    La caza es lo que tiene, yo suelo pedirla y al final casi siempre me arrepiento.
    El mejor venado que he comido fue hace muchos años en los Alpes Alemanes, no recuerdo el lugar exacto ya que en aquellos tiempos no había GPS's y nos perdimos, pero el plato no lo he podido olvidar.

  4. #4

    G-M.

    Anda! Qué raro... ¡Un 7 de media!
    jejeje

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