Uno de los secretos mejor guardados de Barcelona, no aparece en ninguna guía pero siempre está lleno. Moderno local en el casco viejo, con musica, servicio joven, desenfadado y divertido. Sólo abre por las noches y cuando se acaban las cenas se convierte en un local de copas. La cocina es genial, moderna, ingeniosa, entre mediterranea y oriental, todo está buenísimo, cuando acabas tienes ganas de volver para probar otros platos. Atención a los postres, el helado de vinagre de módena es de vicio. Los precios son muy correctos, tirando a populares. La carta de vinos es corta y correcta pero los vinos son un poco caros, lo recomendable es el vino de la casa, un rioja de cosechero realmente sensacional y barato, yo siempre tomo el mismo. Lo mejor es la comida y el ambiente. Imprescindible reservar y si es para el fin de semana, con bastante antelación.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.