Cuenllas
Después del primero vino conseguimos hacernos un hueco en la barra para probar alguna ración. (Aconsejo ir a una hora que no sea punta, pues el local es pequeño y no hay mucho sitio para sentarse y la barra se acaba llenando).
De vinos probamos el treinta mil maravedies de Marañones, era lo último que quedaba en la botella y no estaba muy allá, el caliza del marqués de Griñon, bien, un espléndido San Román de 2005 (el mejor), una copa de cava, rico, dos cervezas y un oporto sevido a temperatura ambiente, el cual enfriamos con un hielo y el cual tuvieron la amabilidad de no cobrarlo por servirlo caliente.
De comida probamos el canapé de brandada de bacalao, muy bueno, el de solomillo de buey, el de foie al px, las ricas croquetas y un buen risotto.
Cuidan el tema de quitarle al aire al vino, de agradecer. El cualquier caso es una taberna recomenable para tomar alguna tapita con un vinito, y como han comentado hacer la ronde a Entrevinos que está al lado y seguir tapeando. Quizá me esperaba mayor oferta de vinos por copas, no se si habrá otra carta que no vimos.