Estamos con ganas de cenar y, adonde nos acercamos, acaban de estrenar la primera estrella Michelin. Es el Bar-Restaurante “Dos palillos”, cerca de las Ramblas de Barcelona, en Casa Camper. Hemos reservado mesa en la ansiada “barra asiática”, para notar un poco el nivel y la presentación formal.
Al llegar, notamos seriedad y trabajo en el interior, pero la recepción en el pasillo de una barra de bar es algo seca. Tienen bastantes aperitivos y decoraciones para que te encuentres a gusto durante la espera previa antes de pasar a cenar, una sala-restaurante que se intuye desde fuera a través de las cortinas , muy bien ambientada y con nivelazo. Es el paso del bar a la luna.
En las Reservas por teléfono y on-line te recepcionan por horarios bastante rigurosos, y nuestra mesa tiene cita a las 22.30pm. No se demoran casi nada, unos 5min., tomándonos en ese momento una copa de vino catalán D.O.Cava “BERTHA Brut Nature Reserva” bien ensamblado en su coupage, fresco, suave y muy agradable, perfecto para limpiar sensaciones grasientas en la boca de los comensales, sobre todo, antes de deleitarse con un menú degustación asiático. Un Cava 89 puntos Gm.
Nos sentamos en una barra en forma de U grande, y de cara frontal a la cocina, pudiendo observar todo el restaurante, un habitáculo de unos 35 metros cuadrados, no más. Decoraciones de Buda y bambú, luz íntima graduable, música suave, …...ya estamos en otra zona y muy cómodos. En cocina se cuentan hast 4 o 5 personas a la vez, además de la maitre.
Una lectura rápida y concienzuda a la carta de vinos ya ha hemos elegido 2 vinos 2 para el menú degustación 2 palillos 2:
Comenzaremos el menú en Cataluña, haciendo honor a la tierra con otro vino D.O.Cava “Torelló 225 Brut Nature Gran Reserva” selección brutal de esta bodega, fino y con unas notas amargas y tostadas como el caramelo suave de toffeé. Ummm….largo y redondo. Un 8,9 . Es beyond.
Para el second round debemos buscar algo más graso y untuoso, pero sin pasarnos y con un componente floral y un buen frescor de bosque y hierba de montaña. Por ello selecciono una bodega alemana especial llamada KUHLING-GILLOT de la zona de Rheinhessen, un vino fresco QUINTERRA Trocken 2010 de uva Riesling, sin duda un gran acierto y a un precio bastante asequible (recomiendo ojear la carta adjunta).
El menú es cambiante según los productos diarios de mercado y de temporada, y suelen constar de unos 14 o 16 platos, sin ser excesivos en sus cantidades y sin pasar desapercibidos, llegando al final del menú perfectamente. La propia barra predispone a entablar relaciones inter-comensales de diferentes nacionalidades; japonesa, holandesa, americana…..todos unidos por el reflejo asiático y por sus palillos.
La vajilla es corecta, el trato del personal muy amable, sin duda la gente joven está bien enseñada.
Algunos de sus platos más impactantes fueron los siguientes:
-Crujientes de pollo con curry, con sus pieles crocantes.
-El rollito fresco vietnamita con pollo de corral insertado en oblea de arroz con tortilla, albahaca y cilantro que deja sabores binarios en paladar y todos ellos muy equilibrados.
-Mención aparte <>, incluso algún percebe, digno de un 9,9.
-Ostrón con sake a la parrilla directamente del Delta del río Ebro, es superior, nada escurridizo, y con sabores marinos frescos y colorido.
-Por decir alguno más, no pasa desapercibida la Japo burguer de carne vacuna o de Buey con pan casero al vapor, jengibre, pepino y shiso, muy jugosa, pudiendo comer 2 mas.
-En los postres, los buñuelos de chocolate y jengibre quitan el sentido, y es que el “ginger” es apto para orienteadictos.
Si quereis mas platos e información debeis adentraros en el mundo del palillo, como hice yo. LA DESPEDIDA SERA MENOS DOLOROSA.
A destacar
El producto
Servicio y velocidad
Carta de vinos
Tiempos
Imaginación culinaria
A mejorar
Aspecto del BAR externo
Luz y luminotecnia
Música
Entorno