Local ideal para hacerse unas tapas y seguir camino.
Se nota la experiencia irlandesa en la pinta de Guinness, con su trébol.
Las tapas sin ser baratas están muy bien preparadas, vale la pena
Local de tapas estrecho en su interior, pero que dispone de mesas en la terraza donde también se puede picar algo. Lo he visitado unas cuantas veces, siempre dentro del local, bien por no ser época de frecuentar terrazas o por estar la misma ya ocupada. Comentaré en base a la última visita que fue el pasado sábado 11 de Septiembre. Fuimos tres amigos y nos pedimos una tabla de embutidos de caza (regular, o tal vez me esperaba otra cosa), ensalada de jamón de pato... (muy buena), patatas bravas (muy buenas) y cazuelita de ciervo en salsa de vino tinto (muy bueno), la cena fue acompañada con dos botellas de Rejadorada (D.O. Toro). Nada de florituras, ni servicio del vino, ni vajilla, copas...tampoco es lugar para ellas
Dentro de mi manera de entender un local de tapas, este sitio es muy aconsejable, por la buena comida, por el trato agradable, por la ubicación en el corazón del barrio de Ruzafa donde se tienen después múltiples opciones para tomar una copa. En definitiva otra propuesta honesta a la que seguiré siendo fiel cuando me apetezcan unas buenas tapas.
Local agradable en Russafa, sin demasiadas pretensiones pero muy correcto.
Pedimos flamenquines (buenos, nada aceitosos y al punto); bolas de queso manchego con sésamo (originales); croquetas (de cocido, de setas y de bechamel, todas ellas caseras); bravas y una ensalada de salmón, muy bien aliñada. Para beber tienen varios tipos de cerveza y una interesante selección de vinos en que se ausentan los típicos comerciales que aparecen en todas partes. Probamos Rejadorada de Toro (12 €), servido a correcta temperatura y en copas mejorables, sin ser Arcopal. Los mantelitos son de papel, así como las servilletas. Buena separación de mesas, poco ruido y servicio muy amable.
Opción a tener en cuenta para cenas informales o para picadas.
El precio incluye una San Miguel 1516, un té y una copichuela por persona. Nos invitaron a un orujo de miel.
Ayer por la noche salimos de vuelta por Ruzafa a ver si picabamos algo para cenar y al pasar por delante del Ganxo recorde haber leido algo en el foro de verema por lo que decidimos cenar allí.
Cenamos en la terraza de la calle, que la verdad es que con los calores del verano se agradece.
Para cenar pedimos las bolas de queso manchego con comino (normalitas) el crujiente de jamón york y queso de cabra (también normalito), un flamenquin, una patatas bravas y el Shepherdis Pie, (se nota que este bar rte era antes un pub irlandés,, pues todavia queda decoración, etc) y por cierto este plato es que más nos gustó.
La verdad es que la relación calidad precio es muy buena puesto que si a la comida le añadimos 3 cervezs y una kas limon- 27 euros.
Bueno, nos acercamos anoche a cenar picando algo y como enunciamos, salimos contentos y totalmente de acuerdo con las otras críticas.
Primero inconvenientes... cenamos dentro... mesas pegadas y las copas del vino.
Pero nos encantó, por el contrario, que por cortesía de la casa nos pusieran un chupito de zumo de granada, vodka y hierbabuena (si no me equivoco en los ingredientes), que apetecía fresquito y se agradecía el detalle.
Cenamos, para dos personas, las bolas de queso manchego (con comino), con su punto de originalidad y muy ricas, el crujiente de jamón york y queso de cabra (lo más corriente), una sarten de patatas a lo pobre con su huevo y un poquito de jamón/bacon, ricas. Y finalmente el Shepherdis Pie, que no lo habíamos probado y, gustándonos los ingredientes también nos gusto la cazuela.
Para beber una botella de Riesling (estoy de acuerdo con la valoración de la carta de vinos, el pequeño escaparate de cervezas también es muy digno) y dos cafés solos. Llegado a este punto volvieron a tener la amabilidad de invitarnos a unos chupitos de orujo de rosas elaborado por ellos, desde ayer uno de mis orujos favoritos por no sentir el golpe de alcohol habitual en esta bebida (está rebajado con almíbar según nos comentaron).
Por cierto, en nuestro caso sí nos dieron a probar el vino y lo mantuvieron en un soporte enfriador de plástico. Por lo tanto, el servicio lo calificaremos de correcto.
En fin, que volveremos a probar otros platos que vimos pasar. Resaltar la relación calidad, confección, precio. En cualquier bar de tapas con una jarra de cerveza hubiéramos pagado diez euros más por cenar tres tapas y un bocadillo.
Saludos a Juan, muy amable en todo momento.
Paquitodiazflores
En una de las calles más bulliciosas del barrio de Ruzafa encontramos este pequeño restaurante de tapas. Las estrecheces del local se notan nada más entrar, así que no sorprende que cenes adosado a la mesa de al lado.
Los platos no están nada mal, correctas las bravas, bastante acertadas las sartenes de patatas a lo pobre o el foie. Todo lo que probamos estaba bastante bueno, siempre atendiendo a que es un local de tapas sencillas, si se buscan las elaboraciones más arriesgadas este no es el lugar correcto.
Respecto a la carta de vinos me sorprendió por lo bien seleccionada que está, tienen algunos espumosos y algunas de las elaboraciones de Kientz (así que estaba claro y nos fuimos a por el Riesling). El servicio del vino es inexistente y las copas muy mejorables pero el trato es siempre correcto y si la compañía es buena, se disfruta de una buena cena.
Como se viene comentando, Russafa está experimentando un importante auge en los últimos tiempos, para mi se ha convertido en una excelente opción a la hora de salir a picar algo, disfrutar de una amplia oferta de vinos por copas y volver a casa sin el bolsillo esquilmado.
El Ganxo se enmarca en esa línea. Cocina sin complicaciones, ambiente distendido y un plausible esfuerzo por ofrecer vinos alternativos al sota-caballo-rey imperantes.
Abrimos fuego con unos mejillones ( 1 kilo) por 7.50€, buena cocción, una ensalada de espinacas con naranja, y un revuelto de setas y ajos tiernos. Sin alardes todo bueno.
Los vinos: copa de Fuenteseca blanco con los mejillones y Vizcarra roble a continuación.
Como postre, postre liquido, un mousse de absenta, de textura similar al Baileys pero más refrescante.