Raciones abundantes, poca finura

Establecimiento ubicado en la Plaza Mayor de Trujillo, Patrimonio de la Humanidad. Lo que no es Patrimonio de la Humanidad es este Mesón, ni de lejos.
Cena informal en la barra (bastante incómoda) que consistió en:
- Calamares a la romana. Algo gomosos y servidos en una fuente junto con algo de ensalada que, al no estar bien escurrida, iba dejando agua en el fondo del plato, para desgracia de los cefalópodos.
- Frite de cordero. Inmensa ración de carne de cordero, muy sabrosa, pero mal recalentada. Tuvimos que pedir que la volvieran a pasar.
- Migas. Aceptables, pero ración inacabable.
Bebimos cervezas y una copa de vino. Raciones abundantes pero producto maltratado.
Lo peor, la actitud del camarero, que no podía estarse quieto ni un momento detrás de la barra (sin haber casi clientela al otro lado), además de vociferar de vez en cuando.
Hay una pared repleta de fotos de personajes más o menos famosos.
En entorno, como siempre, puntúo el del usuario, no el del exterior del local.
A diferencia de comentarios anteriores, que ya tienen cierta distancia temporal, aquí se nos entregó una cuenta con lo consumido. También destacar la ausencia de la anciana señora.

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