¡Vaya descubrimiento!

Alentados por los anteriores comentarios y por el de otro forero, nos dispusimos a acercanos a esta taberna... qué sorpresón!
El local de por sí no es fácil de encontrar, pues no posee letreros estridentes, pero una vez que entras, enseguida te das cuenta de que es un sitio "con encanto", muy cañí. Tomamos primero en la barra una copita de cava (lo siento, no recuerdo el nombre, pero estaba hecho en su mayoría con Chardonnay), y una de José Pariente Sauvignon Blanc, ambos recomendados por ellos. Dispone, amén de esta planta baja con unas mesitas para tapear de forma más informal (pero a una gran altura igualmente), de un comedor en la parte superior, con capacidad para unas 20-30 personas, muy cuco, acogedor y, hasta un punto romántico.
Centrándonos ya en la manduca, comenzamos con un par de aceites, Valderrama y Martúe, ambos por cortesía de la casa, muy muy buenos.
Como entrantes tomamos tres medias raciones: Jamón de presa ibérica, muy bueno, gachas, excelentes, y boletus escabechados al amontillado, con un punto dulce genial. Como principales, una ración de lubina con arroz, muy buenos tanto el pescado como la guarnición, y una merluza con espinacas y emulsión de ajo morado, también excelente. Hemos de remarcar que el apartado de "fuera de carta" es más que interesante, porque tienen alguna sugerencia más que apetecible. Postre no pudimos tomar, pero tuvieron el detalle de ponernos unos petits excelentes.
En el tema del vino, nos dejamos recomendar por Luis, que nos ofreció un Blas Muñoz Chardonnay, vino toledano, muy muy bueno y que, conforme iba abriéndose y cogiendo temperatura nos fue encandilando más.
Se trata de un sitio genial, probablemente una de las tres mejores alternativas de Toledo, con el añadido también de que disponen de una gran selección de destilados en la barra, de una interesante carta de cócteles y que preparan unos GT's excepcionales.
Altamente recomendable.