El comedor está en el interior de un antiguo convento convertido en hotel moderno.
Como han comentado techos abovedados, pro´simo al claustro, buena iluminación y calor, el aire acondicionado no lo ponen aunque me quejé del calor.
El servicio impecable. Mesas demasiado vestidas para ser verano, ya que las faldas que llevan son muy gruesas y aún dan más calor. Los sillones de mucho empaque, pero incómodos, tienen el respaldo inclinado y tienes de comer sin apoyar la espalda.
Copas "Vino élite", bien.
Carta interesante y original,con ingredientes del lugar, como la cecina y el lechazo.
Tome una vichisoise con reducción de Módena, muy buena. Ensalada de ventresca, rollitos de cecina rellenos con espuma de foie y solomillo de ternera a la parmentier.
Vino Protos crianza 2005.
Todo satisfactorio
Solomillo a la parmentier
Canutillos de cecina rellenos de espuma de foie
Vichisoise
Vaya, parece que se olvidaron de poner el aire, a nosotros incluso nos molestaba un poco ya que el "chorro" daba sobre una bóveda y el aire frio caia directamente sobre nuestras cabezas, por lo que tuvimos que indicarle al jefe de sala que lo bajara un poco.
Me figuro que el calor que pasaste bajó tu puntuación del entorno, porque lo que es el local, a mi me pareció fantástico.
Saludos.
Katán, y esto vale para Ramico, el local es una preciosidad, me gustó mucho, pero las condiciones eran agobiantes. Hay que decir que estaba yo solo en el comedor y eso seguramente les pareció un despilfarro, poner el aire para una sola persona.
Además los manteles que tienen vistiendo las mesas son muy gruesos y dan aún más calor en las piernas.
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