Interesante

En el centro histórico de la villa, con notables problemas de aparcamiento (mejor ir con la C4 de Cercanías; son 20 minutos y además está a 150 mts. de la estación). Ambiente acogedor, aunque con exceso de decoración tipo cachivache. Exhaustivo aprovechamiento del espacio ya de por si pequeño, con lo que resulta ruidoso a poco que se llene, cosa nada difícil. Es una lástima, porque una simple conversación es imposible. Vajilla impecable. Cocina honesta, a la vez tradicional e imaginativa. Aperitivo sólo para salir del paso. Inapelable el clásico de la casa, los garbanzos de Astorga con refrito de ajetes, dos butifarras y setas del tiempo. Excelentes los bacalaos (a resaltar el confitado con langostinos sobre lecho de porrusalda) y todos los pescados, absolutamente de mercado. Postres con altibajos, algunos imaginativos. Bodega correcta y, cosa infrecuente, a precio razonable.

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