Bien, pero...

Jaleado por los comentarios entusiastas de la mayoría aquí, decidí ir a probar este restaurante.

En cuanto a la decoración, estoy de acuerdo con jordi. A mi personalmente no me gusta nada, parece la casa de mi abuela de los años 40, eso sí al menos con el gusto de ser monocromático en los entornos del marrón y evitarnos un disgusto histriónico mayor.

Respecto a la comida tengo que decir que los primeros mucho mejor que los principales, que me decepcionaron: no estaban mal pero demasiado "normalitos" para un restaurante de tanto nombre.

Refiriéndome a los primeros, si que estaba muy buena una ensalada de tabule y algo menos aunque también bien unas croquetas de calamar en su tinta.

El servicio eso sí amable y correcto y se les nota que les gusta lo que hacen.

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