Todo controlado

Viernes noche, poca clientela, el verano es criminal para los locales de la ciudad, todo el mundo huye al campo y la playa.
El local es amplio, luminoso y muy bien acondicionado. El estilo no es el mío, pero eso es una apreciación muy personal. Es elegante, retro, con lámparas de lágrimas y decoración de cuando mi abuela,con papel o tela en las paredes. Pero elegante. Las mesas inmejorables. Copas Riedel.
La atención impecable,las cartas de vinos y platos muy correctas, con muchas sugerencias y tentaciones.
Tomamos tres entradas para compartir, ensalada de pulpo, ensalada de perdiz escabechada con setas, y chipirones con habas y ajos tiernos. Solo una pega al escabeche, muy fuerte para nuestro gusto.
De segundos, pescados de playa, suquet de peix y bacalao con pisto. Todo muy bueno.
Postres excelentes.
De vino Guitian sobre lías, le pregunté a Maite que tal con los platos que habíamos pedido y me dijo que muy bien. Supongo que no fue diplomática, a nosotros nos armonizó bien.
Copas de vino dulce para acompañar a los postres y un excelente café Montecelio. Estoy inmerso en una cruzada por que los cafés del final de las comidas sean del nivel de lo ofrecido con anterioridad. Algunos te arruinan el postre.
En conclusión cenomos bien y muy bien atendidos.

http://www.ojoalplato.com/archives/1913

  1. #1

    vser

    Realmente la cruzada del café merece la pena pues en algunos restaurantes parece que una vez terminas el postre lo demás no importa. Gran parte del recuerdo de una comida es la famosa sobremesa española de café, copa y puro. Ese rato relajado puede mejorar (o empeorar) la experiencia gastrónomica en su conjunto y hay que cuidarlo.

  2. #2

    herbu

    Me alegro de leer tu comentario. Tienes toda la razón y coincido contigo. Es el momento de reflexionar sobre lo que hemos comido, o simplemente de relajarnos. Pero si ese momento de disfrute se estropea por culpa de una mal café, que no supone ni el 1% de la factura, y de coste para el restaurante es algo así como el 0,01% si llega, algún restaurador me ha confesado que donde más dinero se gana es en las cañas y en los cafés.
    Por favor señores restauradores esmérense en la elección del café y procuren que la cafetera funcione a la temperatura adecuada, solo eso.

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