Local y Maite

Mi segunda visita. Me gusta hacerlo para refrendar o para cambiar de opinión.
Lo mejor del restaurante:
El local es espléndido, acogedor, distancia entre mesas adecuada. Pude ver dos privados, aunque no estuve en ellos.
La somelier, Maite, que además es la jefa de sala (en tiempos de crisis hay que ahorrar).
El servicio del vino: Maite es dulce, comprensiva, aconseja de maravilla y se nota su mano en una carta a mi opinión excelente. No es demasiado extensa, pero a los clásicos suma pequeños tesoros. Precios sin hinchar. Copas riedel. Se nota hacia dónde se decanta esta joven.

En cuanto a la cocina. Me encantaron los primeros, mi-cuit caramelizado y hojaldre de morcilla. Todos son apetecibles.
Los segundos son lo único que no me acaba de convencer. tomé el suquet de pez de roca. Bueno, pero mejorable. En una anterior visita pedí bacalao. Bueno, pero no a la altura de los puntos fuertes del local.
Falta más surtido.

La bomba de chocolate con helado de mandarina, genial.

Bebimos Avan. Riquísimo. Volveremos.

tengo la sensación que debido a la localización del local es todavía poco conocido. Probadlo.

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