Muy bueno
Nueva gestión del restaurante por parte de los trabajadores que intentan seguir la tradición del sitio con platos de cocina tradicional.
El local está en una calle paralela al paseo de la playa de pinedo, no tiene vistas al mar y la decoración es muy tradicional, por suerte la calidad de la comida suple la vista.
Comida para 4 personas:
Entradas consistentes en tellinas de playa (muy buenas), puntilla (buena), croquetas de bacalao caseras y exquisitas y coquetes de blanquet bien cocinadas. De plato principal arroz de cangrejo en consistencia caldosa tirando a melosa cuando apura el caldo en el caldero y con una gamba generosa y un trozo de centollo por cabeza. Raciones cumplidas acompañadas de tostitas de pan con tomate.
Postres caseros: hojaldre de crema y chocolate, tarta de queso, etc...
Vino verdejo Sanz en cubitera metálica. La carta de vinos es escueta pero tienen previsto ampliar referencias en breve.
Cafes y un trocito de coca de llanda acompañada de una mistela (vino dulce de moscatel)
Servicio profesional y rápido.
Un buen descubrimiento en un sitio donde quedan detalles por pulir pues apenas llevan tres meses, pero donde priman las ganas de hacerlo bien y ser amables. Precio acorde a la calidad recibida. 4 comensales a 26€ por cabeza. No se puede pedir más.
Repetiremos seguro para probar el arroz de pato, otra de sus especialidades.