Visita obligada

Efectivamente es una de las citas obligadas en Zaragoza. Es pequeño pero encantador. Me gustan mucho este tipo de locales. Me imagino que los fines de semana estará de bote en bote, pero forma parte del juego. Estuve el miércoles noche y estaba prácticamente vacío.
Servicio por parte de dos camareras muy distantes.
La barra presenta ya preparados todos los montados (la mayoría para nada básicos en su elaboración) que se ofrecen en la pizarra. Ninguno se prepara al momento, puesto parece que no hay cocina; así es que se recalientan en el micro-ondas. Su precio en en torno de los 2.80€

Pedí:
1 de queso de rulo de cabra al caramelo: Presentado sobre una lonchita de jamón. Me gustó.
1 de alcachofa relleno de liebre: Presentado sobre una lonchita de jamón. Aceptable.
1 de pimiento relleno de rabo de toro: Aceptable; un tanto pesado.
1 de boletus edulis con foie y salsa al oporto: Presentado sobre una lonchita de jamón. Para repetir.
1 de huevo escalfado con trufa blanca del Piamonte: Su afamado plato que lleva además de aquellos componentes, unas setitas variadas y bacon. Resulta aromático y sabroso. Se toma con cuchara. Cuesta 12€. Merece la pena.

En general todos ellos me gustaron: Bien presentados y sabrosos.

Vinos: Muy básica su oferta. Enates y Viñas del Vero muy comerciales, además de Illera o Conde De Valdemar. Copas lamentables, aunque se sirven a temperatura correcta. Tomé una copa de Viñas del Vero blanco y dos de Enate crianza.

Precio total: 28€

Nota. El nombre correcto del local es Los Victorinos.