Suscribo al 100% los comentarios de RodriVega: los pinchos originales y soberbios, la comida de calidad, el espacio muy reducido, la carta de vinos corta pero a precios razonables. Un sitio para disfrutar de pequeñas celebraciones si no fuera por el SERVICIO : lento y con evidente falta de interés (perseguimos hasta la mitad de la comida a una señorita para que nos sirviera las primeras bebidas... a nadie le gusta comer a palo seco).

Restaurante muy bueno, con importantes antecedentes en Vizcaya. Local pequeño, con barra y 8/10 mesas (pequeñas también). La comida es excelente (anchoas rellenas de idiazabal, chipirones rellenos de langostinos, changurro...), y sus pinchos, muy originales. La carta de vinos no es abrumadora en cuanto a variedad, pero tiene buenas referencias, y lo mejor de todo, a un precio excepcional (hacía mucho tiempo que no veía en un restaurante el Viña Ardanza 95 por debajo de 20 euros). PERO su gran problema es el servicio: camareros insuficientes, lentos, con poca memoria, derraman el vino al servirlo... la comida tarda mucho en llegar a la mesa. Pedir un poco más de pan u otra botella de agua puede costarle al incauto comensal más de 20 minutos. En resumen, es buen restaurante, a un precio aceptable (menos de 30 euros por persona, vino incluido), en el que se come muy bien, pero necesitan mejorar dramáticamente el servicio. De todas formas, pienso repetir.