Muy recomendable en Gandia, por los vinos y la comida

En el centro histórico de Gandia, al lado del Palacio Ducal, se encuentra este Restaurant-Enotéca. Decoración moderna de colores vivos (naranjas, rojos, etc.) que incluso coordina con la mantelería, la pared de la izquierda constituye una gran pizarra, donde anuncia los vinos por copas, sus precios y otras ofertas vinícolas. Tan sólo el suelo desmerece la decoración del local, de un terrazo anodino y viejo, (supongo que no es ésta época de inversiones). Dispone de unas ocho mesas, con buena separación entre las mismas.

La carta está organizada en unos quince entrantes, tres elaboraciones de pescado, cuatro de carne y cinco postres. Además anuncia hasta cinco arroces distintos por encargo. Entre semana ofrece un menú a diario. La cocina se podría calificar como de mercado con algún pequeño toque creativo, basada en la excelente calidad de las materias primas y la correcta elaboración de las mismas. El servicio es cordial, desenfadado, atento, dispuesto y profesional.

La carta de vinos, completa, organizada por DO’s, o indicaciones geográficas, muy bien escogida, excelentes referencias y con muy buenos precios, aproximadamente 1.50 del precio de tienda. Ofrece hasta 50 vinos por copas, e indica el precio por copa, por botella, incluso el precio para llevárselo y tomarlo en casa. Los vinos se conservan en armarios climatizadores. La cristalería de calidad, schott zwiesel y spiegelau, con el oportuno cambio de copas, con el cambio de vinos. El vino se sirve a temperatura adecuada, con toda su correspondiente liturgia: presentación, corcho, envinado, etc.

Mientras elegíamos nos obsequiaron con una copa de cava rosado Codorniu y unos figatells con foie y base de crema de manzana. Nuestra experiencia para cenar consistió en compartir todos los platos, con la finalidad de experimentar más: buñuelos de bacalao con miel, pulpo a feira con base de patata y tomate, carrilleras de cerdo ibérico con chips de yuca y como plato un muslo de cochinillo. En el apartado de postres compartimos una generosa torrija horneada con helado de turrón. En cuanto al vino tomamos dos copas de La Nita (Priorat) que necesitaba abrirse un tanto, ya que presentaba ligeras notas de reducción, por lo que continuamos con una botella de un novedoso y sorprendentemente bueno Maitsu 2006 (El abuelo) de la D.O. Toro. Los postres nos los armonizó Rubén con una mistela y un porto rubí y un café sólo, tanto los vinos de los postres como el café fueron por gentileza de la casa.

Una opción muy recomendable en Gandia, enoteca-vinoteca con una oferta culinaria a la altura de los vinos (lo cual no siempre ocurre), materia prima de calidad y elaboraciones bien realizadas.

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