Un señor restaurante.
El servicio es difícil de mejorar. El maitre, amabilísimo. la cocina, de nivel. Los camareros, atentos.
Mención aparte merece el sumiller. Me quedan sitios que visitar en la ciudad, pero para mí es el mejor. La carta de vinos es amplia, y los precios de los buenos caldos no están tan subidos como en otros restaurantes del mismo nivel.
A mí me gusta probar vinos que no han pasado por mi paladar. Suelo decir a los sumillers lo que he probado y me gusta y les pido algo similar. Pocos lo aciertan (o por falta de caldos en la carta o por desconocimiento). Este joven acierta.
La comida no tiene demasiada imaginación. Se nota que las materias primas son de primera calidad, pero falta algo más de inventiva, tanto en primeros como en segundos.
El precio recoge la estrella michelín (creo que encarece una cena en unos 20 euros por persona). Debéis pensar si os compensa.
El local, pequeño pero acogedor.
pagué 95 euros por persona. bebimos astrales.
Volveré, pero será por el trato al vino. No por la comida (excelente pero cara).
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