Una nueva visita un año mas tarde y parece que estuvimos comiendo en otro establecimiento. Dificil de comprender, maxime cuando el cocinero es el mismo. Sigue maravilloso el entorno de su terraza frente al Dordoña, pero la comida es un autentico bluff.
Tomamos declinacion de foie, plato consistente en cuatro tipos diferentes de este producto. Las cuatro variedades insipidas , incluso alguna de ellas fallando en su textura.
De segundo, pato con salsa de frutos rojos , sin apenas sabor y , muy vulgar para lo que ese espera de un restaurante de este precio.
Buen carro de quesos, todos ellos con mucho sabor y artesanos.
Postre que cubrio el expediente basado en helado con frutos rojos.
Carta de vinos extensa , limitada a vinos franceses y, como no , a precios hinchados.
Servicio de sala y de vino correcto.
Si al salir de un restaurante, lo unico que recuerdas es su carro de quesos y sus vistas maravillosas, esta claro que ni de lejos se merece la estrella michelin.
Lo dicho, como puede cambiar tanto un restaurante en un año?
El precio es sin vinos

Restaurante del hotel del mismo nombre. Tiene dos salones : Uno interior , absolutamente forrado en madera con un techo increible, que es el usado en epoca fría. En verano se cena en una terraza con una vista espectacular del atrdecer sobre el rio Dordoña.

La comida es sencillamente impresionante. Tomamos menu degustacion y aunque todo era francamente bueno, hay que resaltar dos platos por encima : La declinacion de foie , con un bombon de foie final increible y el pato en "mil hojas". Postres muy buenos.
Servicio de sala simplemente perfecto.
Carta de vinos amplia y equilibrada, practicamente en su totalidad franceses. Precios astronomicos (como es habitual en ese pais). Servicio del vino bueno, pero no perfecto.