Buen producto, sigue en su línea

Poco ha cambiado desde mi anterior visita. Cocina basada en producto con poca elaboración, un servicio atento y una selección de vinos correcta a unos precios muy ajustados.
Tomamos al centro un calamar a la plancha de buen tamaño y sabor, ajoarriero con anchoas (bueno pero algo aceitoso), ensalada de perdiz (si mal no recuerdo) y unos montaditos de foie con huevo de codorniz muy ricos.
De segundo opté por un solomillo de buey bien hecho con un excelente sabor. Al centro guarnición de patatas y pimientos del piquillo.
De postre una tarta de tres chocolates que no me gustó pues resultaba insípida pero al menos el helado de violeta que la acompañaba merecía la pena. Eso sí, probé un tiramisú de otro comensal que estaba exquisito. Terminamos con cafés y un licor.
Para beber empezamos con un Ostatu (18:-Eur.) que todavía estaba muy joven. Seguimos con un Mas La Plana (excelente a 52.-Eur.) que es uno de mis vinos preferidos aunque la añada del 98 que tomamos no me gustó tanto como otras. Rematamos con un Marqués de Vargas 2004. Todo servido con cambio de copas y servicio ocasional de vino.
El entorno es moderno y agradable y como su nombre indica se trata de un asador donde se come como tal pero con la gran ventaja de no salir “ahumado” como pasa en otros locales (y obviamente no me refiero al humo del tabaco).