Decepcionante. Quizás un mal día.

Fui de noche, sin reserva, temprano, en fin de semana. Local de corte casi minimalista, donde destaca una gran barra en el centro de la sala unida a la cocina, cerrada, pero con una pequeña ventana. Trato amable. Por ir sin reserva y solo me relegan a la barra central en uno de los extremos, pero bueno, es lógico.
Como decía, iba solo, por lo que no me prodigué en exceso:
- carpaccio de vieira y gamba sobre sandía y con mango y gelatina. Es una de las 4 recomendaciones, y no dice nada. Pequeños bocados (9 o 10) con un trozo de sandía, gamba, lámina de vieira y coronado con el mango y gelatina...algo insulso.
- nigiris de ventresca de atún flambeados? con sal maldon. excepcionales. De lejos, lo mejor de la noche. Muy buen género y un soberbio toque en la cocción (2 piezas)
- surtido individual de sushi. 3 makis pequeños de atún, 1 sushi de huevas de pez volador, otro de huevas de salmón y cinco nigiris variados. Con la excepción del atún, algo normalito.
Para beber, dos Kirin (4 euros c.u.).
Después de dejarme 53 euros y salir con algo de hambre (y eso que en la comida de unas horas antes comí por dos personas), no guardo un recuerdo especialmente grato. Algo normalito, con buenos momentos, pero EMHO con una RCP desfasada. Quizás fui un día donde la calidad del género no era la habitual...

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