Se nota la crisis en el sector hostelero

De nuevo vuelvo con a este restaurante con la inmejorable compañía de los amigos Jesús y David, me ha vuelto a gustar, de aperitivo nos pusieron una ostra con espuma que estaba francamente buena, los primeros platos gustaron, yo voya describir el mío, fue un arroz meloso con espárragos trigueros y almejas, francamente estaba en el punto perfecto de cocción, muy buena textura y con el inconfundible aroma de los espárragos trigueros, de segundo plato tomé una torrija de manitas de cerdo con boletus, muy bien conseguida, algo pesado, pero son de esas cosas que hay que probar pues son imposibles de hacer en casa.
La carta de vinos sigue siendo buena pero corta en referencias, tomamos una botella de La Cueva del Contador 2006 que muy acertadamente la eligió Jesús, estaba de sensación, fabuloso.
Lo único el servicio, han reducido personal y si bien no veo que le afecte ni a la atención ni a la cocina, si es verdad que me gusta más la anterior fórmula en la que el Chef sale de la cocina para preguntar, pero no está por la sala, es evidente que todo ello es debido a la falta de clientela, solo había con la nuestra 3 mesas ocupadas.
Espero que aguanten el tirón pues merece la pena este sitio.