Cambiar para que todo siga igual (o mejor)

Después de perdernos este año la garoinada de Palafrugell teníamos muchas ganas de ir a pasar el día a la Costa Brava así que para allá que nos fuimos. Por la mañana aprovechamos para visitar las ruinas de Ampurias (muy recomendable si se está por la zona) y después de comer nos dimos una paseo por el camino de ronda y visitamos Sant Martí d’Empúries (también muy recomendable). Y en medio de todo eso… pues visita al nuevo Korpi, jeje.

Como ya ha comentado el granjefe, han cambiado de local, y por lo que nos comentaron, la cosa ha ido a mejor sin duda. El negocio ha pasado a ser totalmente familiar: Pau un los fogones y Anette en sala se bastan para llevar perfectamente este pequeño y coqueto restaurante de 8 mesas. Tanto la cocina como el servicio en sala continúan rallando a un nivel excelente.

La filosofía de la carta ha cambiado también respecto de la que tenían en el anterior emplazamiento. Ahora no hay menú y las raciones son más pequeñas para que uno pueda confeccionarse su menú degustación a medida, como hicimos nosotros. Paso a detallar lo que comimos:

- Degustación de aceites: excelentes AOVE con ese delicioso pan que elabora Pau con harinas ecológicas.
- Anchoas: y qué anchoas señor! En su punto exacto de sal y con una textura perfecta, acompañadas de un buen pan con tomate.
- Pulpo a la guindilla: presentado en una lata de conservas, muy bueno y bastante picante, pero bueno uno ya sabe que las guindillas pican, jeje.
- Vieiras con panceta confitada y coulis de mango: panceta confitada y marcada en la paella, que combinada con las vieiras y el coulis de mango hacen una combinación brutal. Por cierto, el plato no estaba en carta, nos dijo Pau que lo preparó expresamente para un colega veremero que se lo pidió unos días antes.
- Taco de atún “Balfego” con aceite de hierbas y tomate confitado: quería probar algo diferente pero al final no pude resistirme. Taco de atún marcado al punto que se deshacía en la boca. Excelente materia prima.
- Croquetas de chocolate y naranja: original postre. Crujientes croquetas de chocolate con mermelada de naranja.

Rosa y la peque se pidieron el huevo a baja temperatura con bacalao, guisantes a la catalana y trufa. Por lo que quedó de ellos deduzco que debía estar al nivel del resto de los platos. Probé también los mejillones en escabeche (muy buenos), la hamburguesa de vaca vieja con salsa bearnesa, una delicia, sabrosa, con una textura excelente, y el brownie de chocolate con escamas de sal y toffee. Mira que no soy nada amigo del toffee pero este no estaba nada pesado y la combinación con el chocolate y sobretodo con las escamas de sal es sobresaliente. La Marta se comió también unos canelones con crema de trufa, un clásico en la carta del Korpi, y una bola de helado de vainilla. Y Rosa los calamares con cus-cus, que comentó que estaban buenísimos.

Para beber, bien aconsejados por Anette, una botella de Edetania blanco 2011. Muy buen vino blanco de Garnacha blanca y viognier de la Terra Alta servido en copas Riedel. La carta de vinos es quizás un poco más corta pero continúa teniendo interesantes referencias.

Para acabar un par de cortados y, esta vez sí, un GT de Hendricks con fever tree, aprovechando que no íbamos a coger el coche en un buen rato.
El precio total (no incluye el GT, gentileza de la casa) fue de 90 €. Descontando lo que comió la peque calculo que salimos a unos 38 € por persona.

En fin, de nuevo una excelente experiencia en uno de nuestros restaurantes favoritos. Nos vemos este verano!