De sorpresa en sorpresa

El primer día, cuando por fín encontramos el lugar, tengo que confesar que el tast me sorprendió agradablemente, y desde entonces he vuelto a repetir unas cuantas veces, y siempre con la espectativa en a ver si le pillo en un renuncio y sobre todo con la pregunta ¿me va a sorprender Xavi también hoy?. Y si, me sorprende, y caigo como tonto y me dejo llevar por esas fantásticas, a veces casi mágicas, sensaciones que me provoca su trabajo de elaboración e investigación, lejos de la parafernalia snob y utilizando ingredientes y productos habituales, normales, que su mano transforma en suculentos manjares. Los obispos, dicen, comen bien, pero muchísimo mejor los Cardenales (por lo de “boccato di cardinale”) que siempre han tenido fama de gourmets exigentes y puedo afirmar con conocimiento de causa que ese carrusel de maravillosos y sorprendentes “platillos” que nos ofrece Xavi en la Quinta Forca están a un nivel Papal. Eso si, si por un casual has renunciado a los placeres terrenales y te conformas con el “misionero”, si no estas dispuesto a vivir una experiencia gastronómica y no te gustan las sorpresas, decididamente este no es tu restaurante, aunque si cambias de opinión... Gracias Xavi por trabajar y esforzarte en mantener intacta mi capacidad de sorpresa.
Otra cosa, es agradablemente sorpresivo (venga, mas sorpresa) dejarse aconsejar en los vinos, que no por desconocidos dejan de ser, en la mayoría de los casos, excepcionales.

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