Hacía mucho tiempo que no comía aquí, Julian padre continúa al pie del cañón, él dice que echando una mano a Julian hijo pero continua encargándose de cantar los platos y sugeriendo sus excelentes viandas. Continúa siendo un excelente "vendedor" y un fenomenal relaciones públicas.
Originario de Soria trabaja muy bien los productos de esta tierra, la perdiz escabechada, el lechazo y otros manjares para chuparse los dedos.
Desde siempre, cada vez que visito este restaurante tengo claro que el primer plato será unos crujientes torreznos y una fantástica morcilla de arroz, en alguna otra ocasión he pedido unas pochas que en esta casa se guisan con muchísimo cariño.
De segundo nos recomendó una lubina a la espalda para los dos, fresca, fresquísima y salvaje
El pan, una hogaza que te la traen calentita,ellos la denominan "extendida", a la que vas dando cuenta de ella casi sin enterarte.
Dejé al vino a su elección con el único requisito que fuera de la tierra (Catalunya), nos trajo un Manuela de Naveran D.O. Penedés, un chardonnay fermentado en madera y servido a una excelente temperatura.
Una botella de agua de litro
Dos cafés

El local esta decorado con billetes de lotería, con lo que ya podemos deducir que el trato es mas bien informal (aunque muy cuidado). Una de las veces que he ido, me perdí (es bastante difícil llegar) y llamé por teléfono por si me podían indicar, la persona que me atendió estuvo todo el trayecto guiándome hasta que conseguí llegar (y eso que topamos con un camión que iba parando!).
El servicio del vino es cuidado y las referencias son correctas.
Respecto a la carta, es una mezcla de comida castellana y del norte: desde el cabrito al pescado al horno. Entre los primeros, lo mejor es dejarse aconsejar para hacer un picoteo: cecina, morcilla, picadillo, judías (valen la pena, y me las he tomado para repartir), etc. Entre los segundos, el pescado en general es bastante bueno, el chuletón también y me falta por probar el cabrito (en principio una de las especialidades de la casa).
Un lugar muy recomendable tanto por la comida como por el trato.