Buena cocina pero algo caro.

La entrada al restaurante parece la de un chalet algo desarreglado. Sin embargo la sala rectangular es muy bonita, cuidada, acogedora. Mesas con buena separación y amplias. La mesa bien vestida y buena vajilla y cuberteria. Servicio atento y simpático.

Cocina de buena calidad: bien elaborada y buen producto pero las raciones son escasas sobretodo por el precio que tienen las entradas. Aperitivo de hojaldre con pimiento asado (un hojaldre espectacular), croquetas de atún con chupito de crema de calabacín (bien elaboradas y sabrosas pero muy pequeñas), anchoas caseras(buenas), berenjena con brandada de bacalao(berenjena excelentemente frita). Como principales conejo marinado (buen punto) y entrecote con un exceso de grasa pero buen sabor. Postre almendras garrapiñada con una especie de crema de queso no muy logrado.

Buenas copas, carta no muy amplia pero suficiente, bien surtida y precios ajustados tomamos un Seque (23 más IVA).

Dos vermuts, lo ya indicado y dos cafes casi 90 euros. A mi parecer algo caro, no defrauda pero tampoco sorprende. Algunos detalles a revisar sería el no indicar que los precios son sin IVA y el pan que no es de mucha calidad, es escaso y lo cobran caro.

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