Un diamante por pulir

Las noticias vuelan, y el continuo cambio de cocineros es de dominio público.
Por ello la carta es poco arriesgada y falta de personalidad. No comimos mal, pero ni fu ni fa. Raciones muy escasas.
Sólo hay un menú a 33 € con suplementos según lo que vayas a comer y con algún detalle incomprensible. Si pides solomillo, suplemento de 5 €, y sin embargo si pides mero no hay suplemento.
La carta de vinos, a mi parecer insuficiente y con pocas referencias de la D.O. Empordà.
El primer vino que pedimos no estaba disponible pero sí el segundo que lo sirven a la Tª correcta y en copas también correctas.
Bien el servicio ofreciendo incluso diferentes tipos de pan.
Decoración rústico-sencilla que le da al conjunto un arie bohémio, o sea, "agro-pijo".
Lo que realmente te da ganas de volver es el entorno. Os prometo que no hay un lugar igual en toda la Costa Brava.
Disponen de los medios. Por lo tanto si un día se juntan los medios con las ganas podrían llegar muy lejos. Pero de momento lo que hay es lo que hay.
No voy a informar del precio por persona porqué fuimos invitados.

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