Segunda visita

Segunda visita a Nectari en poco más de dos meses y sensaciones muy parecidas a la anterior; Menú degustación con una cuidada selección de la materias primas, cocciones óptimas y buena presentación de los platos. El servicio, amable, de trato cercano pero sin llegar a agobiar ni tomarse demasiadas confianzas. Si tengo que poner un "pero" a esta segunda visita es en un par de detalles con respecto a la vez anterior.

El menú se compuso de unos aperitivos más que correctos, consistentes en una piña colada con caña de azucar, canapé de jamón de pato con coulis de tomate y un briox con semillas, relleno de pechuga de pavo (jugosísima!) asada con cebollitas.

El pan servido sólo fue de un tipo, y bastante normal, a diferencia de la visita anterior donde nos ofrecieron tres tipos diferentes de pan, buenísimos todos ellos; el aceite para mojar que lo acompañaba también de un único tipo (catalan, muy bueno) cuando en la vez anterior puedimos elegir entre 3 variedades.

Siguiendo con el menú, como entrante nos sirvieron foie micuit con compota de ruibarbo, acertada combinación.

Los platos principales, un suquet de merluza, "de los de toda la vida", sin artificios y con una perfecta cocción del pescado y de la patata y para continuar un magret de pato al punto con tres purés (de calabaza, boniato y un terecero que no recuerdo); la carne tierna y muy melosa con un toque de sal maldon. De postre, un merenge relleno de chocolate blanco y frutos rojos, bastante dulzón y quizás los más flojo del menú. Cafés y, para acompañarlos y por tratarse de la verbena de San Juan, dos pequeños (Muy pequeños!) trozos de coca con piñones, algo seca y que me hicieron recordar a los petit fours de la visita anterior a los que sustituía. Tras los cafés, una copa de Macallan 12Y que inexplicablemente duplicó su precio con respecto a la que me había tomado dos meses atrás (?).

Para beber un sumarroca blanc de blancs, correcto, servido a temperatura perfecta en copas Spiegelau, con descorche (corcho en mesa), cata y servicio posterior. Al final de la comida el chef saludó amablemente a las tres mesas que ocupábamos el comedor.

Sin duda es un buen restaurante, para repetir, ya que cambian el menú degustación cada 3 semanas y la carta cada 3 meses, atendiendo a los productos de temporada.

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