En el Olimpo!

Ya ni se las veces que hemos visitado este establecimiento, pero lo que si sé es la cara de felicidad y la sonrisa con la que salimos tanto Mila como yo de este establecimiento!

Teníamos claro lo que íbamos a pedir y para nuestra mala suerte los pimientos verdes ya habían abandonado la carta hasta la próxima temporada. Por ello nos tocó reorganizar nuestra idea y pensar que degustar!

Una vez acomodados nos indican lo que hay fuera de carta. Un ajo blanco que nos llamó poderosamente la atención y el pecho de vaca que me encandiló nada más explicaron cómo se preparaba.

Así pues, de entradas compartimos:

- Ajo blanco. Con gamba y un granizado de cereza. Decir estupendo es quedarse corto, fabuloso se acerca más pero la verdad que es el mejor ajo blanco que haya probado. Estaba riquísimo! Además, refrescante!

- Almejas a la sartén. Al no quedar pimientos y tampoco ostras, decidimos suplantar las ostras por las almejas. Una almeja fina, de una calidad excelente y con un aceite que de no llevarse el plato podrías estar horas dándole al pan!

Como aperitivo nos sirvieron el tomate deshidratado y la croqueta de la casa. Yo no sé si las robaran o no a la madre de Ignacio, pero lo que si se es que están súper ricas!

De segundos, lo siguiente.

- Mila se decantó por el fabuloso cochinillo en tres texturas. La verdad es que lleva años en carta este plato y siempre sale clacado. Es un deleite para el paladar!

- En mi caso, pecho de vaca. Horneado a muy baja temperatura durante no menos de 36 horas. Parecían las carrilleras que hace una abuela en casa, solo que con un sabor potenciado por mil! Una pasada de bueno! Tanto con este plato como con la ijada este año Ignacio lo ha bordado,

Como dato, al no haber pimiento verde nos pusieron al medio una ración de pimiento rojo al horno para que los probásemos. Detallazo.

Ya con los postres, que había ahueco. Mila se decantó por la tarta de queso excepcional. En mi caso hice el sacrificio a la tarta de queso y opte por probar un postre nuevo llamado el limonuco de Nogales. Consiste en un limon de caramelo, que sabe a limon de verdad, y por dentro lleva una especie de crema de limon, Ultra refrescante, Ultra bueno. Un diez por lo original y otro por el sabor.

Dos cafés, excepcionales, concluyeron una comida de otro nivel; comida regada por nuestro amado Billecart Salmon que como siempre no falla.

Como digo siempre, un clásico de Cantabria que mejora. A cada visita!

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