Aprovechando la visita de unos amigos irlandeses que menos que llevarles a probar uno de nuestros platos estrellas el aroz a banda y que mejor (o eso creía yo que el establiment). El hecho es que llegamos a las dos y media de la tarde con mesa reservada. El recibimiento por parte del jefe de sala estupendo tienen mano y don de gentes, de entrantes pedimos titaina bien, croquetas de bacalao correctas, y de plato fuerte un arroz del señoret,aquí es dónde fallaron tardaron cerca de cincuentas minutos en servirnos el arroz, vamos que nos trajeron unos tomates con aceite y sal por verguenza torera, menos mal que la compañía era agradable y tampoco le dimos mayor importancia pero ahora en frío me parece exagerado. El arroz un pelín aceitoso y no nos mato. Postres correctos. Todo lo que he dicho más dos botellas de enrique mendoza 44 euros por persona un poco caro para la espera y el arroz que nos sacaron. No creo que repita.

Conozco este restaurante dese hace tiempo y no falla. Siempre he salido contento. Excelentes titaina, sepietas, tellinas, anchoas, y un arroz de bogavante buenísimo. Carta de vinos mejorable. Servicio muy bueno, con el gran profesional Jose Luis a la cabeza.
El entorno magnífico, lástima que el local sea excesivamente ruidoso (además, siempre que he ido está lleno hasta la bandera).
Totalmente recomendable.

Se mantienen las impresiones de mi comentario inicial y de los últimos realizados aquí. Sigue siendo un restaurante con mucho tirón popular (lleno el domingo al medio dia) y en el que conviene reservar con antelación. Entorno agradable, gran simpatía de Jose Luis a la hora de atender las mesas y una cocina del terreno bien resuelta. La titaina sigue estando magnífica, así como las croquetas de bacalao y el all i oli. El all i pebre me dejo más frío. Pedimos dos arroces distintos. Mejor el arroz negro (14,5€) que el arroz a banda (14,5€). Para beber, oferta limitada de vinos y varias referencias de la carta no disponibles. Pedimos un expresivo Viña Narcisa 2007 (15€). No le quedaba ya ni José Pariente ni Palacio de Bornos.
En definitiva, un lugar atractivo para ir a comer a El Palmar que mantiene bien su propuesta de valor desde hace años.

Nos sentamos en el comedor anexo que tiene unas vistas preciosas a la Albufera. Local agradable. Sábado a las 14h., en principio no mucha gente, pero acabó llenándose (si no reservas, mejor dejarlo para otro día).
José Luis ejerce de maitre y disfruta con su negocio, le gusta pasar por las mesas y ver que tal va la comida. Su equipo es joven, con ganas de hacer las cosas bien. En general buen servicio y muy amable.
Entradas a base de productos de la zona. Nos decantamos por la titaina (10€), impresionante, y por las croquetas de bacalao (8u.16€). De segundo destacan todo tipo de arroces. Nos inclinamos por el abanda (25€). Excelente su sabor y punto de cocción. Muy bueno el postre, hojaldre de manzana caliente (5,90€).
Carta de vinos corta y sin referencias interesantes. Servicio del vino nulo. Aquí tienen mucho que mejorar.
Hay que tener en cuenta que se cobra todo, pan (2,70€), ajoaceite (2,20€), agua que no pedimos (2,75€). Ningún detalle, ni antes ni al finalizar la comida (2 comensales).

Grata visita a este restaurante típico de la zona de el Palmar
El local es acogedor y destaca fundamentalmente por sus vistas a la albufera desde sus amplios ventanales. La separación entre las mesas es correcta, pero las sillas incomodísimas.
Se elabora una cocina basada en platos de la zona. Excelente la titaina y las albondigas de bacalao (aunque a 2€ la unidad) y el all y pebre, también recomendables cualquiera de sus arroces y sus postres (muy bueno el hojaldre con crema).
Correcta carta de vinos, copas Schott poco recomendables para el vino y servicio que se limita a llenar la copa la primera vez.
Servicio de sala que derrocha familiaridad y buen humor, aunque se resiente cuando llenan, llegando a cometer el fatidico error de atender antes a gente que había llegado más tarde, como ocurrio con nosotros.
Correcta relacion calidad-precio

Que dificil es ser un profesional de la restauracion, si alguien pregunta como deberia ser? la respuesta es.. igual que lo son en este emblematico restaurante.Desde que entras hasta que sales, todo esta pensado para que te sientas cuidado y bien tratado.Cortesia, servicio y familiaridad a la vez.Los arroces los borda, todos ellos son una incitacion, los entrantes, los postres y una elegida carta de vinos, que ademas permite el disfrute por su conservacion y servicio.No hay una sola vez de las que he acudido que haya podido poner un reparo, no tengo duda que en el Palmar, es el RESTAURANTE.No dejeis de tomar su titaina, sus albondigas de bacalao, su excelente all i pebre, y como no, cualquier arroz en el que predomine el pescado o marisco, seco o meloso, todos estan de muerte. El local no es excepcionalmente bonito, pero tiene su encanto y sobre todo su paisaje, buena separacion entre mesas y tal vez un caotico aparcamiento.RPC 50€ pax.

Todos los comentarios anteriores en la misma línea que éste. El mejor resturante del Palmar. Con diferencia. También lo pagas, pero si debes llevar a alguien a probar un excelente all i pebre, o una paella, o una gambias de vinaroz, ese es el lugar si quieres que sea en al Albufera.
El ambiente muy agradable. El servicio de primera.
Los vinos: Los blancos bien. Los tintos flojos. No parece que sea su guerra. deberían mejorar. Igualmente en el servicio del vino.
tienen algunos postres caseros que son tremendos.... el milhojas de vainilla de escándalo. Y os lo dice alguien a quien no le van los dulces.
para disfrutar de verdad hay que ir entre semana.... el fin de semana el palmar es una locura.

De acuerdo con los comentarios anteriores. Sin duda el mejor de la zona. El arroz a banda, con su fabuloso ajoaceite pseudocasero, insuperable. Le confieren un colorcillo verdoso que te llama.
Postres con toques de creatividad: romero, amapola.
Muy bien el servicio.Buena RCP.

De acuerdo con el comentario anterior, es un gran restaurante, llevado con mucho trabajo y dedicacion por toda la familia, como pasa en la mayoria de estos negocios familiares, ves a los dueños trabajando, con los hijos por alli cuando no hay cole, haciendo catorce cosas a la vez, pendientes de todo, agradando en todo momento a los clientes, todo lo que probamos estaba a la altura de lo esperado, incluso por encima, la relacion calidad precio bien, hoy en dia todos conocemos lo que cuestan las cosas, muy bien de postres, fuimos a una celebracion y nos sacaron unas tartas de chocolate buenisimas, felicidades. entorno sobresaliente

Para mi es el mejor restaurante que conozco para comer en la Albufera. No entiendo cómo aún no habia sido valorado aquí :-) Lo peor es la llegada, tienes que cruzar todo el Palmar (saturado de coches los fines de semana) y luego adentrarte por un camino de tierra. La localización muy bonita. El interior es confortable y agradable. El gerente es simpático y atento, asi como la atención en la mesa, algo que se agradece mucho. La carta de vinos es corta pero bastante bien seleccionada, especialmente en vinos valencianos tintos. En blancos faltan más referencias para elegir. Optamos por un Sanz de Rueda (12,5€). Las copas correctas, sin más. Excelentes las entradas, especialmente la titaina (pisto de tomate, pimiento y atún con piñones), las albóndigas de bacalao, el revuelto de habitas y morcilla y el all i oli que ponen de acompañamiento. Buen arroz a banda también, aunque más en la linea de lo que se puede encontrar en otros restaurantes de la zona. Los postres también tienen buen nivel. Te vas contento y con ganas de volver. El principal problema es que resulta dificil reservar mesa los fines de semana si no se hace con suficiente antelación. Avisaos quedais.