Hacia tiempo que deseaba visitar este local(de hecho,lo tenia guardado hace mas de un año), y aprovechando una celebracion familiar,comimos el pasado sabado.Eramos 4, y habiamos encargado previamente un arroz al senyoret y un arros amb fessols i naps(cada uno para dos).Ambos arroces estupendamente cocinados,el arroz en su punto de coccion, y los fondos con los que estan hechos guisados con mimo y tiempo,como debe ser.La cantidad mas que razonable,en realidad,aunque eran para dos personas,en los dos tipos de arroz podrian haber comido 3 personas.
Antes pedimos al medio unas puntillas (a la plancha), con ajetes tiernos estupendos en frescor y unos mejillones al vapor bien conseguidos .Aparte, como detalle de la casa , nos pusieron unos langostinos cocidos con una ligera salsa muy sabrosa.
En cuanto al bebercio,4 cervezas,agua, y un tinto de Toro del 2011,joven pero con sabor que nos recomendo el camarero.Lo siento pero no recuerdo su nombre.
El local,muy acogedor,con encanto marinero,mas bien pequeño,pero las mesas razonablemente amplias,te propician una estancia muy agradable.
En suma,muy buena experiencia.Cocina honesta,hecha con amor y cariño,
con un precio mas que razonable.Pude observar la carta expuesta en la
entrada y los precios tanto de los arroces y pescados y carnes bastante moderados, en relacion con la calidad y cantidad de los platos.120 euros 4 personas.

Buen descubrimiento en pleno Cabañal.
Ibamos buscando uno de enfrente que estaba lleno recomendados por el gazpacho de pescado. Otro dia sera. Ante esto vimos la Mussola y decidimos entrar. Local y decoracion acorde con la zona playera. No me gusto que no me dieran carta de vino, tampoco parecian darle mucha importancia a esto pues ni siquiera tienen copas de vino en las mesas. Detras de mi habia una nevera con vinos pero no eran muy abundantes...en fin peor para ellos...birrita mas barata...(Ambar)Pasamos al papeo....Ensalada de pulpo con verduras de temporada ..muy buena, excelente, el pulpo tierno pero no gomoso, en su punto, y muy bien especiada, con su punto de ...milhojas de molleja de cordero y boletus..tambien muy bien..con reduccion de pedro jimenez que le conferia una textura y sabores distintos...de platos yo bacalao y mi mujer ventresca de atun...los dos servidos sobre lecho de patatas a lo pobre y con guarnicion de verduras...buenas piezas de mas de 200 grs...presentacion muy buena y con gusto...de postre tarta de chocolate caliente con helado. En resumen sitio acogedor, trato correcto, buen pescado y entrantes y zona agradable cerca del mar para pasear luego a hacer la digestion.

Local pequeño, para unas 25 personas máximo, con un único camarero, atento, pero que sufre para poder atender las cuatro mesas que tiene esta noche.
Cena de viernes noche, cinco comensales. Nada más sentarnos nos muestran los pescados del día, dos lubinas de unos 2,5 kg y una dorada un poco más pequeña. Nos sugieren la lubina más grande para los cinco cocinada al horno. Aceptamos la sugerencia.
De entrantes pedimos una puntilla (como alguien ya dijo, en realidad son calamarcitos) con ajos tiernos y la clochinada. Ambos correctos.
La lubina llega espléndida en una cazuela de barro y es preparada para los cinco comensales junto a la mesa. Excelente.
De beber pedimos el Chardonnay de Vegalfaro madurado en barrica, pero no tienen, cambiamos al Chardonnay de Mendoza.
Local agradable, con iluminación tenue y ambientación musical quizá un poco alta.

Acogedor restaurante ubicado en los poblats maritims y muy cerquita de la dársena del puerto de Valencia, ideal para satisfacer el paladar tras un delicioso paseo por la zona deportiva del puerto.

El local es pequeño, pero con una decoración que recuerda las antiguas tabernas de marineros que le dota de cierto encanto. Pequeños frascos de arena traidas de distintas partes del planeta (Guadalupe, Martinica, Japón entre otras) permiten que la espera sea cuanto menos original y divertida.

Se nota que tienen ganas de agradar pues nos ofrecieron a mi mujer y a mi como apertivo una tapa de rebollones que estaban deliciosos. De entrante tomamos unas puntillas a la plancha que se deshacian en la boca y acompañadas de ajitos tiernos que potenciaban su sabor.

De plato principal, sorprendente arroz señoret muy sabroso al paladar. Meloso pero con su punto justo de cocción, correcto de sal y acompañado de gambas, calamar y rape, que conferían una auténtica explosión de sabor que disparaba los sentidos.

De postre, tarta de ciruelas y de chocolate bañada en ron, ambas caseras y muy bien presentadas, lo que terminó por redondear una comida fantástica.

Agua, café y taza de te verde (detalle de bombones como acompañamiento).

En resumen, muy buena materia prima, y cocina con mimo que se traduce en platos tradicionales valencianos de potente sabor y que cada día cuesta más encontrar. Calidad precio muy buena. Repetiremos.

Local pequeño pero agradable en el emblemático barrio del cabañal, servicio estupendo y buena comida

Local sin pretensiones, pero agradable y acogedor. Pedimos ensalada mussola: muy recomendable, croquetas de bacalao acompañadas con titaina también muy buenas. Encargamos un arroz con chipirones, habitas, ajos tiernos y alcachofas que no defraudó. Ambiente familiar, buena cocina y un precio ajustado a la calidad de la materia prima que utilizan.Volveremos a probar el arròs amb fessols i naps y el de bogavante que nos han dicho que son exquisitos. Muy recomendable.

El local no es pequeño, es pequeñiiisimo, luego no hay que tener en cuenta lo de la separación de las mesas y todas esas cosas. Diremos pues que es acogedor y en el que se respira un ambiente muy del cabanyal.
Es ideal que les facilites previamente lo que vas a pedir, aunque para esto tienes que conocer lo que tienen como era mi caso. Tuvieron la deferencia de hacer para dos personas dos sartenes individuales, una de rape encebollado (excepcional) y otra de rape al ajillo (excepcional ganando por una nariz al anterior). Al centro la ensalada Mussola, no diré los ingredientes, son muchos, muy buena. A todo esto le precedió un par de croquetas de setas, creo que todo el relleno era eso, setas. El vino que pedimos fue un Enrique Mendoza chardonnay 2007, buen compañero. No pedimos postre, típico en mi, pasamos al cortado directamente... y ¡ojo! muy bueno, pedí otro.
Muy buena cocina valenciana, en elaboración y materia prima. La carta de vinos justa, algunas referencias bien de precio y otras no tanto. Si quieres buenas copas las tienes que pedir, las que hay en la mesa de inicio son una broma.
Volveré otra vez y seguiré pidiendo cazuelitas, las pienso probar todas.

Restaurante pequeño y acojedor. La carta de vinos resulta algo corta pero suficiente. Buenos entrantes, buen jamón y arroces, y sobre todo algunos pescados. Guardo gran recuerdo de un Rape encebollado. No es económico pero teniendo en cuenta la materia prima utilizada podemos considerarlo adecuado en sus precios. Agradable y satisfactorio.

Local pequeño y acogedor, con pocas mesas aunque tal vez algo juntas. Servicio amable y simpático. Cocina valenciana, atractiva y bien elaborada. Tomamos una ensalada de la casa y un excelente arroz de bogavante (17€/ración). Carta de vinos corta con alguna cosa interesante. Copas mejorables. Nos costó unos 37€ por persona con postre y vino. Muy bien, uno de esos locales de cocina sin complicaciones que ofrece buena materia prima.