Ya son varios los jóvenes cocineros que han impulsado la restauración pública de la Comunidad Valenciana y, entre ellos, como punta de lanza en la ciudad de Alicante, es obligado mencionar a Dani Frías. La Ereta, restaurante del que es chef y propietario, se ha convertido en la referencia gastronómica de la ciudad. Frías tiene una sólida formación, una técnica impecable y verdadero apego al entorno geográfico y cultural que le rodea. En los menús de La Ereta encontramos platos protagonizados por atrevidas combinaciones (de las que el cocinero sale siempre airoso) y suculentas elaboraciones llenas de elegante rusticidad. El restaurante, además, cuenta con un emplazamiento sobrecogedor; desde la atalaya de la montaña del Castillo, se abre al Mediterráneo a través de unas inmensas cristaleras. Decoración de diseño vanguardista y un servicio de sala correcto redondean la oferta gastronómica más atractiva de la ciudad. Absolutamente recomendable.
Espectacular localización, quizá le falta algo de iluminación en el camino de entrada por la noche. Comedor desde el que se ve toda la ciudad de Alicante. Montaje perfecto, copas adecuadas, personal eficiente y muy amable. Cocina creativa con materia prima excelente y puntos de cocción perfectos. Impresionante la hamburguesa de buey de Kobe por ejemplo. Carta de vinos excelente, variada con gran cantidad de referencias alicantinas y a precios ajustados. Un sito para volver.
Restaurante del que solo se puede destacar la vista sobre el puerto y eso siempre que sea de dia, ya que de noche no vale la pena ni eso. Restaurante con poca variedad ya que solo ofrece dos menús con abundancia de platos recalentados, como el confit de pato. En cuanto al vino, la carta ademas de no extensa, tuvimos que cambiar la eleccion dos veces porque "casualmente lo tenian agotado". Lo mejor de todo es que para subir al restaurante, se hace en coche porque si hay que subir andando para que te ofrezcan dos menús y un mal servicio de vino.....apaga y vamonos. No vuelvo.
Ubicado en el parque de la ereta, que para acceder a el tenéis que coger la carretera que sube al castillo de Santa Bárbara, estar al tanto, pues la indicación del parque aparece en una curva y este esta a la derecha, sin estas sencillas explicaciones para los que no son de la zona, les va acostar y mucho localizar el restaurante.
No hay carta, tienen dos menús, la ereta y el degustación, nos inclinamos por este ultimo, la calidad y raciones en general bien, destacaría el bacalao con callos muy sabroso, el resto de platos bien elaborados y servidos. Del menú la ereta nos llamo la atención un arroz con presa cosa que comentamos y antes del plato de carne nos lo pusieron como tapa al centro, detalle que agradecimos, pero no nos gusto.
Bodega de vinos climatizada, la carta un poco corta, iniciamos con un Viñas del Vero Gewurztraminer, queríamos continuar con Santa Rosa que no tenían en ese momento y cambiamos a uno sugerido por ella, Casta Diva Rojo y Negro y terminamos con un Quincha Corral, vinos decantados y bien servidos.
El servicio bien y atento.
El local es atractivo con predominio de maderas y cristal, con unas buenas vistas al puerto de Alicante.
En general bien, salimos con la sensación de que nos falto algo para que saliéramos encantados, ¿tal vez un servicio un tanto impersonal, un tanto estructurados los menús?.
RCP en consonancia con el entorno, aceptable.
Restaurante con vistas Espectaculares sobre la ciudad de Alicante, decoracion moderna,
Cocina actual. Dos menus degustacion a 42 € ( 5 Platos) y 48 € ( 7 Platos ).Cambia uno cada 15 dias trabajando con productos de temporada.