Lugar especial.
Posiblemente el local con una nota más alta pues tiene todo lo que se busca cuando uno sale de casa:
- Encanto
- Servicio
- Calidad
- Comodidad
- Despensa
Era una fecha señalada, así que decidí reservar con una semana de antelación. Cuando llegas al restaurante ves que es que es un grande, una decoración que bien podría valer para una casa de verano. Pero que muestra un salón lleno de ventanales y puertas acristaladas totalmente abiertas, que se juntan con las terrazas.
Nos traen las cartas y educa mente me ofrecen visitar la bodega para ver con que se quiere regar la cena, que gozada!! Da un gusto visitarla ver con que esmero trabajan los caldos. Separada por regiones, zona especial para los grandes vinos, y luego la zona de blancos y espumosos, esos grandes compañeros en las cenas veraniegas.
Cuando volví pregunte que si quería cenar con vino o con champagne, ella contesto que quería probar el menú ORIGEN(55€ c/iva), un menú muy largo, así que me dijo que si podía ser con vino mejor, pues los espumosos le sacian. Como no, tomamos Belondrade(39€ c/iva) pues es su favorito (yo hice un esfuerzo tremendo…)
El menú fue el siguiente:
- Pizarrita individual con los siguientes:
• Crujiente de sobrasada con sopa picante
• Croqueta cremosa de queso artesano
• Mejillones del puerto de Mahón en escabeche
-Oliaigua con helado de pigat (higo), aro de pan y gominola de aceite de oliva. Sopa fresquita que entro muy bien teniendo ese toque dulce con el helado y la fruta.
- Coca integral de sardina pinxes ahumada con escalibada. Algo más sencillo viendo el nivel de la cena. Que estaba muy buena, pero nada sorprendente
- Raviolo de gamba roja con suquet anisado de morena. Para mí el plato de la noche, el ravioli era de un tamaño considerable al igual que el relleno, con un caldito de toma pan y moja.
- Raya a la manteca negra con alcaparra capuchina e hinojo marino, la calidad de bicho era considerable pero la salsa no me convenció.
- El cordero en su paisaje, una carne que se deshacía en la boca,
- Sorbete de pomada y gel de menta, un refrigerio que viene muy bien para ir finalizando una excelente velada.
- Tortada de patata y almendra sopa de menjar blanc y helado de albariño, no supe apreciar este plato, puesto que no soy muy de dulces y no entendía esa especie de tortilla en un final de comida, de todos modos, NO PODIA MAS!
A la 12:30 pedí tomar el café en la terraza, que gozada y luego pedí medio gin tonic (Mombasa) y nos levantábamos del sofá pasada la 1:30 en ningún momento se acercaron o hicieron algún gesto de que había que marcharse.
Conclusión, local para visitar celebrar algo, siempre y cuando el bolsillo lo permita. La nota negativa sin duda es para el gesto de no incluir el IVA (aquí considero que aquí no es como los típicos orientales que intentan aprovecharse, sino que sus clientes son casi todo extranjeros y lo hacen para facilitar el desglose de factura)