Cumpleaños familiar

Celebración de cumpleaños y nos juntamos 65 a comer. Añadir a lo comentado anteriormente que el lugar es ideal para que los niños jueguen por los aledaños del recinto ya que disponen de zonas para su esparcimiento. Un poco de pena ya que hacía mucho frío y no invitaba demasiado. Los responsables nos acotaron la zona para que no se desperdigaran mucho los niños, siempre estuvieron muy atentos en todos los detalles.
Nos ubican en el restaurante ‘de diario’, con mesas redondas correctamente vestidas. A mí personalmente el tema de mesas de banquete de boda no me gusta, centros de flores y todos esos cubiertos para los niños, no me acaba.
Servicio profesional y trato amable.
La comida consistió en:
• Jamón y queso buenos.
• El variado de boda este que consiste en dátil recubierto de bacon, sepia rebozada y todas esas cosas, bien.
• Ensalada con langostinos, piñones… con un aliño semidulce muy sabroso.
• Sorbete de mango con chocolate, muy muy bueno pero demasiado dulce para ser intermedio.
• Paletilla de cordero lechal, demasiada comida.
• Pre-postre, crema inglesa con fondo de frutas del bosque servido en copa de Martín.
• Tarta de crema de cumpleaños.
Para beber, cervezas, agua y refrescos. Blanco de rueda y un criaza de la rioja que como sirven y pendiente de las dos niñas no me dio tiempo a ver. Correctos.
Para los pequeños, plato de lomo, jamón, queso, calamares... respetando a mi niña que es celíaca a la que no rebozaron estos últimos. Más que de sobra para los nanos a los que luego les sirvieron un paella (muy buena) a la que ni hicieron caso, demasiada comida. A la mía (se conoce que la paella llevaría Avecrem o algún condimento con gluten), le pusieron un entrecot con patatas fritas que daba pavor, la niña tiene dos años y medio y la pieza de carne era más grande que ella.
Cafés y larga sobremesa que amenizaron los niños y adolescentes de la familia con canciones, bailes y monólogos varios… qué paciencia tienen que tener con nosotros.