La pandemia ha hecho que muchos locales se reinventen, renueven y hasta progresen. Aquí hay un ejemplo. Además de las mesas del interior del local hay unas cuantas mesas bien puestas sobre la acera, (ahora con estufas) y han pasado a hacer unas horas de más dando también almuerzos con lo que han entrado en un nuevo mundo, sin perder la identidad de lo que siempre ha sido: un icono en el barrio.
Bastantes opciones que se preparan en el momento, con unos bocadillos más anchos y más cortos de lo habitual, donde el medio se queda algo escaso, y el entero sería casi equivalente al medio habitual. El pan es bueno, bien cocido, con miga; el relleno está bien de cantidad.
Lo que tomamos:
. una ensalada de aceitunas y tomate valenciano: muy bien.
. medio bocadillo de tortilla francesa con habas guisadas: buen aspecto y referido como bueno.
. bocadillo entero del que este año se ha extendido como la espuma al empuje de una cervecera: "quart de poblet": tortilla de berenjena, cebolla morada, tomate rallado y por encima cubierto de anchoas. Generoso en las anchoas y armonioso en su conjunto. Muy recomendable.
Para beber cerveza y agua sin gas. Rematamos con buenos cremaets, bien preparados aunque poco calientes para este inicio del otoño.
El precio se sale del habitual del "esmorzar" valenciano clásico.
Es un poquito mas caro que la media pero me parece que sigue siendo aceptable y que siendo uno de tus fijos se come bien y ademas ahora con terraza.
Saludos
Ha tenido sus altibajos por cambios internos. Ahora vuelve a remontar.
Saludos
Mejor para comer.
Saludos
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