Siento especial cariño por este restaurante, pues en él hemos celebrado

Siento especial cariño por este restaurante, pues en él hemos celebrado muchas reuniones familiares PERO...
Todo y que he advertido varias veces al dueño de la falta de seriedad en el servicio del vino, parece que no pretenden cambiar.
Abren las botellas en la cocina, sean la marca que sean y tengan el precio que tengan...imperdonable.
La temperatura de servicio es nefasta, no usan cubiteras, no tiene, no usan decantadores y si pides copas, solo entonces, te sirven riedel.
Además los precios han subido, y la carta no se renueva desde hace diez años, lo que hace que sea insípida y sin mucho interés para los que hemos frecuentado bastante este restaurante.
Personalmente, tras el FRACASO ROTUNDO, dejaré de ir.
No podemos permitirnos en pleno Priorat, tener un restaurante que estropee vinos de 30 euros, hechos con mucho cariño...por falta de cuatro conocimientos mínimos de sumillería.
Ayer pase una noche de vergüenza, porque la comida era correcta, la climatización del local deprime