Si podéis, no os lo perdáis

Hace unos meses abrieron un celler-botiga, o mejor explicado, la bodega donde elaboran su vino tiene arriba una tienda de vinos sensacional, con una sala de catas que vale la pena por sí misma la visita. Hicimos una cata de los 4 vinos del mes y seguidamente pasamos a comer a un comedor reservado precioso en el primer piso del complejo. El servicio espectacular, todo en su punto y al momento. Como en la cata vieron que los 2 tintos no no hacían muy felices nos ofrecieron otro sin decir nada, lo que fue un gran detalle. Comimos un menú degustación que estaba para chuparse los dedos, con numerosos platos pero raciones pequeñas, por lo que no te llenabas y podías irlos degustando con tranquiidad. La vieira y los salmonetes destacaron sobre los demás. Otro punto positivo es el surtido de panes, para mojar con el aceite que ellos mismo elaboran, pero con un poco de tino porque si no no harías otra cosa que comer pan con aceite. Antonio Salas, alma mater del tema enológico del complejo, sigue siendo toda una garantía. Por cierto, si alguien es aficionado a los trenes tienen una maqueta impresionante, pedirles que os la enseñen. No puedo hablar del precio porque me invitaron, pero la calidad se paga.

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