Por lo que comentas, típico local al que le va el negocio sobre ruedas y comienza a descuidar detallen básicos y cada vez mas imprescindibles para disfrutar de la gastronomía, aglomeración con las mesas, no lo entiendo,al final la avaricia rompe el saco, vino de calidad en copas mediocres, lo que rompen son los platos no las copas, se podían estirar un poco mas con estas, no hay cosa que mas rabia de que el continente se cargue al contenido, servicio estresado, lo que sin duda, por lo menos a mi me pasa, se trasmite al cliente pasando del asombro al nerviosismo.
Por otra parte, y teniendo en cuenta la contundencia de la especialidad de la casa, los postres deberían tener una función digestiva, es decir ofrecer ligereza mas que glotonería, cosa que a la hora de hacer la digestión se paga.
Todo esto,lógicamente es una opinión personal, ya que yo no he estado, por lo tanto corrigeme si me equivoco.
Saludos.