No entiendo como se puede decir que este es el mejor restaurante de

No entiendo como se puede decir que este es el mejor restaurante de Segovia.
Mi experiencia fue en una mesa, cerca de la puerta de la cocina en la que al parecer se hablan a gritos para que los clientes lo escuchen, sin olvidar el ruido de metales chocando.
Al pedir la carta de vinos, a mi gusto algo anquilosada, me dirigí a los champagnes. Elegí un Taittinger y me comentaron que no lo tenían frío. Me ofrecieron cavas con las excusa de que los tenían fríos. Me ofreción el moet - chandon, y primeramente acepté pero luego le pedí el taittinger para dejar que se enfriara, el camarero me dijo que haber si lo tenía, y al final apareción con un moet - chandon caliente. Acepté por cansancio.
Las copas anticuadas y de flauta baja.
La comida está bien, aunque no se ve un timón claro en ella. Es amplísima, hay pequeños guiños a la renovación, pero solo se queda allí.
El precio no se queda corto para nada.
Al final se queda en un sitio para ir a comer buen cochinillo de José María y beber su excelente Pago de Carraovejas. Pero allí se queda.
Un buen restaurante pero el mejor ni de lejos.