Buenos asados y buen vino de la casa

LLegamos de fuera y la posibilidad de que te aparquen el coche en un sitio casi peatonal es muy de agradecer. A veces se le acumulan los coches, pero sabes que al final no vas a tener problema incluso de dejarlo luego y dar una vuelta por la ciudad para bajar la comida como así lo hicimos.
Nos ubicaron, a petición, en mesa redonda (muy de agradecer) en el sótano que es donde está la bodega. Para mí el mejor comedor y aparición en varias ocasiones del propio José María para interesarse por como iban las cosas.

Comida para 10 en la que hay que resaltar que el "vino de la casa" es Pago de Carraovejas (tinto autor) 2010 (a 16€+iva) ya que es dueño de la bodega. Puesto en la mesa sin más. Tomamos 3 botellas, más 3 de agua y 6 cervezas.
Entrantes (algunos individuales y otros al centro): 3 de ensalada completas y abundantes; 3 sopas castellanas muy buenas; 1 judiones del real sitio, extraordinarios; 1 mollejas de lechal buenas y con buena ración.
Platos principales: 7 de cordero asado muy jugoso y en su punto de asado y 1 de cochinillo perfecto, piel de cristal, buena ración y me dieron a elegir el trozo del cochinillo que, por supuesto, partió con el plato el propio José María en un clásico ritual segoviano que aunque es una turistada, el poder elegir el trozo, no es nada frecuente. Además 2 de patatas fritas para compartir ya que el asado viene limpio de acompañamiento.
Postres: 2 de fruta fresca bien de ración y calidad; 3 de tarta de Segovia para golosos; 2 raviolis crujientes bien; 1 tarta de queso bien; y un curioso sorbete de tinto fino (el propio vino Pago de Carraovejas), más curioso que otra cosa.
Cafes x 6, 1 carajillo y un buen PX Gran Barquero. Más las 10 raciones de pan, sin pedirlas.

Muy buena sensación final de haber comido bien, de haber estado a gusto en el sitio (aquí es fundamental el tema de aparcamiento, la mesa redonda y el sótano -bodega- lo que mejora puntuación de entorno), buen servicio (excepto del vino) y buena materia prima en la mesa con buen punto de asado.
Requiere un paseito por la ciudad hasta el acueducto y volver para poder cenar.

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