Donde otros ven defectos, veo virtudes
El hecho de los dos turnos y el no servir café da pie a que podamos acudir el doble de comensales. Pero como alguno está acostumbrado a los restaurantes "superesclusiffs", de los menus con más enunciado que contenido, un restaurante como los de toda la vida le pueda resultar aburrido
Carta amplia variada, para todos los gustos, alternando tradición con innovación
Bodega suficiente, con servicio del vino adecuado a lo que se pide. Basta ya de sibaritas de medio pelo que quieren un vino joven de a cuatro duros servido en decantador¡
Los postres, el fin del festival
El precio es el punto más "negro". Pero viendo lo que piden en otros lugares de menor categoría, peor cocina y pretensiones infinitas, lo doy por bien empleado.
Lo recomiendo y volveré