MENU "DISGUSTACION" DE ASIANA. ¡¡¡¡CUIDADO!!!

Me permito remitirles este escrito para advertirles a cerca de la situación actual en la que se encuentra el restaurante ASIANA.

Hacía bastante tiempo que queríamos acudir a cenar a este restaurante que tan magníficos comentarios atesora en su página y en alguna otra más. Reservamos hace un mes la famosa mesa nº 1 y acudimos 4 personas el pasado Sábado día 10 de Octubre de 2009. Paso a contarles lo que allí ocurrió:

Después de llamar varias veces al timbre de la puerta de entrada (porque nadie subía a abrir) nos atendió una mujer que una vez comprobada nuestra reserva nos señaló la escalera de bajada y exclamo un escueto: “bajen, bajen”. Bajamos y nos cruzamos con dos “camareros” a los que saludamos sin recibir ninguna contestación. La verdad es que se les veía bastante “acelerados”.

Vimos al fondo de la sala nuestra mesa, y al acercarnos oímos a la persona que nos había recibido, como nos decía desde la escalera: “¡¡Ahí, ahí es!!”

Una vez sentados, nadie nos dio la clásica bienvenida de rigor, ni nos explico en que consistía el menú, ni se nos ofreció ni se nos explico tampoco en que consistía la opción del maridaje.
Tampoco se nos ofreció la carta de vinos.
No se nos pregunto si teníamos alergia a las ostras, ya que estas se incluían en el menú. No se nos aviso en ningún momento de que había varios platos picantes. (Esto creo que se debería de avisar a la hora de hacer la reserva, ya que es una constante en todos los menús degustación de este sitio.)
Fuimos nosotros los que tuvimos que decir que queríamos el menú con el maridaje ya que lo habíamos leído en su página web.

“¿Desean tomar algo?”
“Pues no sabemos, porque vamos a pedir el menú con maridaje....”
“Entonces no, con eso tienen suficiente”
Sin decir nada mas la camarera ¡¡Se marchó!!.

Este recibimiento y estas formas ya nos inquietaron a todos un poco, pero el sitio, que es realmente agradable con todas esas antigüedades a nuestro alrededor y la atmosfera de tranquilidad que se respiraba, nos distrajeron mientras esperábamos. La verdad es que el sitio tiene mucho encanto.

Llego la misma camarera con los entrantes (los famosos pica – pica, y vaya que algunos si picaban). A continuación se acerco un chico (luego supimos que era el metre- jefe de sala – sommelier ) que sin decir ni una palabra nos puso las copas y nos sirvió el vino, dijo algo casi inaudible que dedujimos que era el nombre del vino que ibamos a tomar y se fue. Ya habíamos empezado a comer cuando llego de nuevo la camarera y nos explico lo que “íbamos” a tomar.

Los segundos entrantes los pusieron pero ya nadie nos los explico. Llego de nuevo el “metre- jefe de sala – sommelier” con el vino y con la misma “simpatía” de antes lo sirvió.
(Por cierto en unas copas servia mas y en otras menos). A partir de ahí nos dimos cuenta de que algo no marchaba bien y nos empezamos a preocupar.

Había muy poca luz en las mesas, tanto es así que al servirnos el agua nos preguntaban: ¿Es en esta copa? (todas eran iguales), a mi concretamente, me echaron agua en la que tenia vino.
El primer plato lo presento otra camarera que fue la única que realmente estuvo a la altura de la situación ( y eso que luego supimos que no era realmente camarera!!) Pero aquí el “metre- jefe de sala – sommelier” ya no apareció con el vino correspondiente al plato en cuestión, por lo que pasados varios minutos llamamos a esta camarera y se lo hicimos saber, a lo que nos dijo:

“¿Pero es que no ha venido el sommelier?”
“No, le hemos perdido la pista hace tiempo. “

Y para sorpresa nuestra nos contesto:
“Yo también “.

Nos pidió disculpas un poco avergonzada y fue a llamarle.

Acto seguido llego este “metre-jefe de sala–sommelier” velozmente y sin mediar palabra nos puso las copas y nos sirvio el vino. La sorpresa llego cuando comenzo a poner 4 copas mas vacías y el cubierto del siguiente plato ¡¡Cuando todavía estábamos empezando a tomar el que teniamos en la mesa!!
Se fue como llego, y de verdad les aseguro que no nos dirigió ni una palabra salvo para decirnos el vino que ibamos a tomar.

No habiamos salido todavía de nuestro asombro cuando a los dos minutos aproximadamente llego de nuevo la primera camarera que nos atendió (la misma que me sirvió el agua en la copa con vino) y nos pregunto :

“Perdonen ¿Han tomado ya la presa ibérica? “ (Era el siguiente plato )
“NO.”
“Perdón es que me he confundido y he marcado como que si, disculpen.”

Retiro el cubierto que habia puesto el “metre- jefe de sala – sommelier” y se fue, vimos como se juntaban todos los “camareros” en un corrillo como si estuvieran discutiendo algo (esto lo vimos varias veces) y aquí ya fue cuando decidimos llamar a la segunda camarera que realmente parecia saber lo que se hacia y le preguntamos:
“¿Qué esta pasando aqui?”

Nos pidió disculpas de nuevo y se sincero con nosotros:

Nos contó que el sommelier Kobayashi ya no estaba con ellos, se marcho a otro restaurante. En su lugar estaba este señor. ¡!!!En la cocina solo estaba su novio ¡!!!!!! Para preparar, montar y hacer el pase. Con lo que podéis haceros una idea en que condiciones llegaban algunos de los platos.

Había 5 “camareros”: Dos de ellos solo subían y bajaban platos de la cocina porque no sabían explicarlos. Las dos chicas eran las que los servian y los explicaban y el “sommelier- metre – Jefe de sala “se encargaba de las bebidas.

“Jaime casi nunca esta. Se limita a llenarnos el restaurante de mesas y a hacer caja.”

El restaurante ya no tiene 7 mesas. ¡! Tiene 11 ¡!
Vosotros que habéis visto el espacio que hay imaginaros como están. Salvo la mesa nº 1 las demás están pegadas unas con otras. De romántico nada de nada.

Según nos contó, la situación es tan surrealista que tienen las copas justas para las 11 mesas, teniendo que llegar a fregar alguna de las ya usadas en caso de imprevistos (rotura etc)
Nos contó que están cansados de decírselo a Jaime Renedo y que “este hace oídos sordos . No quiere saber nada, Solo quiere mas mesas. Faltan camareros profesionales y personal en cocina. Además para dar un buen servicio por las características de la tienda y de la cocina el máximo de mesas es 7 y no 11 como se estan montando.”

Nos contó que Kobayashi era el que “le ponía las pilas” a Jaime pero que desde que se fue, la cosa iba cada vez a peor. La noche anterior un señor se encaro a voces con ella porque entre plato y plato estuvo esperando ¡¡35 minutos!!

Después de esto podéis imaginaros como fue el resto de la cena. En vez de mejorar, la cosa fue a peor:
Nos pusieron copas de vino con tamaños diferentes.
Las copas de agua permanecían vacías y sin que nadie las rellenara.
Nos sirvieron uno de los postres y volvió a faltar el vino que lo acompañaba, por lo que a los 10 minutos de estar esperando y con el postre casi desecho volvimos a requerir la atención de esta camarera que ya no sabia que decirnos, nos dijo que hasta le daba vergüenza el tener que cobrarnos por la cena y llamo de nuevo al “metre- jefe de sala – sommelier”,(que para ser el responsable de sala no dio la cara en ningún momento).
Los postres eran realmente malisimos, se notaba que estaban hechos a toda prisa, dejamos alguno sin tomar.

¡¡Por fin termino la cena. !!

El “metre- jefe de sala – sommelier “ apareció de nuevo al final de la cena cuando ya estábamos con la cuenta, para decirnos: “al vino están invitados”.

“Nosotros no queremos que nos inviten, queremos que cumplan con su trabajo “.
Nos puso la misma excusa :
” Jaime es el causante de todo esto al aumentar el numero de mesas y no el de personal.”. Todo giraba entorno a este argumento. Palabras vacias, frases sin ningún sentido... En definitiva: No sabia por donde salir.

Lo que aquí les hemos contado no es la consecuencia de un error o de una mala noche que la puede tener cualquiera.
Lo que aquí les hemos contado es un cúmulo de falta de preparación, profesionalidad y de educación impresionantes, al margen ya de la falta de medios, que por supuesto también.

Este restaurante nada tiene que ver ya con el que ustedes visitaron.

Gracias por su atención y un saludo.

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