Restaurante La Bastilla en Zaragoza
Restaurante La Bastilla
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
36,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
48 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.3
RCP CALIDAD-PRECIO
5.5
Opiniones de La Bastilla
OPINIONES
7

Dicen los que controlan en el mundillo hostelero de Zaragoza que este local vive de las bodas, y que el restaurante no es mas que una carta de presentación. Si es así que mal lo hacen....
Mi pareja y yo comimos un menú de 36 € "las tomas". Que decepción. escaso y sobre todo insulso. Una ensalada de bacalao que si cerrabas los ojos era imposible saber de que alimento se trataba por su falta de sabor. La ternera guisada jasca, muy salado el arroz y duro!. Imperdonable en un restaurante así. Lo peor el postre y el vino viñas del vero sin más opción. Tela!. Si así se venden bodas.... como me alegro de no querer casarme. Lamentable opción.

Como ya dije en el comentario anterior, el chef de este local tiene interés por un tipo de cocina más creativa que la que tomé en aquella ocasión, y en esta visita me interesó un menú interesante de la carta denominado "días de tierra y mar" que tienen desde el 20 de junio hasta el 31 julio a 50€. Además incluye maridaje.

Comida para mi solo con ese menú maridado que consistió de:

Aperitivos de la casa:

- Crujiente con chirivía, brazo de gitano de morcilla y bombón de chocolate relleno de paté de conejo: Todos ellos bien elaborados y presentados. Prometía la comida.

Entrantes:

- Ostra en agua de mar y lima: Ostra de muy buen tamaño y sabor presentada en su concha con una gelatina (el agua de mar ???) y un líquido verde intenso elaborado con zumo de lima (algas del mar ???) que no le restó sabor al molusco. Vistoso y refrescante.

- Sopa fría de fresas con gamba roja: Una gamba roja de tamaño medio y cruda en un gazpacho de fresones muy refrescante de nuevo. Todo un acierto.

- Risotto de tinta con rizo de calamar: Ración considerable de arroz muy cremoso y excelente sabor (la tinta del calamar natural). Encima un trozo de calamar un pelín al dente y presentado enrollado como si fuera un rulo de peluquería. Sin duda, buen plato.

Hasta aquí con varias copas de Coto de Hayas Fermentado en Barrica 2009.

Segundo:

- El ternasco en diferentes cocciones (caramelizado, a
baja temperatura, asado): Buen plato presentando varias partes del cordero y elaborados de formas diferentes: una manita de cordero glaseada, un rollo del lomo elaborado a baja temperatura y dos costillas asadas. Buen sabor aunque sigo pensando que donde esté el clásico asado en horno de leña...

Maridado con dos copas de Fagús Décimo Aniversario 2009

Postre:

- Estofado de cerezas con helado de yogourt y crujiente de regaliz negro: Buen helado, cremoso y con sabor, que acompañaba a las cerezas presentadas por mitades y sin hueso. Bien.

Maridado con Mistela de Coto de Hayas.

Con un excelente café expreso que pedí, me pusieron una gominola de piña y albahaca y una trufa de aceite.

Precio total: 35€ (todo incluido: IVA, pan y servicio, café y el agua de litro que pedí).

Nota 1: Me cobraron 35€ porque me aplicaron un descuento que tienen presentando una tarjeta del 20 aniversario que promocionan ahora (creo que se puede bajar un cupón con ese descuento desde su web).

Nota 2: Realmente el segundo plato incluye un sugerente "lomo de vaca vieja con cenizas de cebolla asada". Como la noche anterior cené algo parecido, les pedí que me lo cambiasen por algún plato de ternasco. Tuvieron el detalle de cambiarlo por el plato de la carta que he descrito, lo cual es de agradecer y mucho.

Nota 3: El precio que indico es lo que costaría comer a la carta por término mediosin bebidas.

Buen restaurante próximo al Pilar. Comedor con aire a mesón añejo: Paredes con detalles de anticuario, techos con vigas de madera, suelo de barro cocido. Mesas correctamente separadas. Servicio muy atento, aunque en todo momento, me atendió un camarero joven y voluntarioso: El solito me recibió, tomó nota, me servió y me pasó la factura. El resto muy, pero que muy pendientes de una prueba para una boda (ofrecen servicios de catering).
Sin detalles ni antes ni después.

Carta con platos tradicionales aragoneses pero con elaboraciones y presentaciones modernitas, sin llegar a lo revolucionario y respetando los sabores de siempre. Hay inquietud por parte del chef.
El problema de la carta era las pocas opciones en los postres: Solo tres (al menos ese díia) y a pedir en la comanda (según el camarero, necesitan tiempo para elaborarlos).
Aparte del menú degustación, había una atractiva oferta de cena a base de tapas más o menos elaboradas y maridadas con tres tipos de cerveza a 35€.

Panecillos variados: De cebolla, de tomate, etc.

Cena para 1 pax:
1/2 ración de boletus salteados. Correctos
1/2 ración de vieira con tempura de borrajas: La vieira impresionante, de tamaño y sabor. Perfecta también la tempura, sin grasa.
1 de ternasco (paletilla y lomito) confitados a baja temperatura con migas crujientes y longaniza de Graus. Correcta ración, bien elaborada (jugoso y tierno) y presentada. Las migas muy, muy crujientes, sin grasa.
Postre: Macedonia de frutas con sorbete de melocotón y crema de fruta de la pasión. Pues bien, el postre "elaborado" consistía de unos trozos de plátano, manzana, pera y creo que melón con una bola de helado; ni rastro de la crema de fruta de la pasión. Llamé al camarero y le pedí una explicación de a qué llamaban "postres elaborado". Respuesta: No lo sé pero la fruta la cortan en el momento de servir. Lo siento pero no acepté el postre y menos a 9€. No intentaron cobrarlo, por supuesto.

Carta de vinos no muy amplia, pero suficiente. Me llamo la atención que había unos 25 cavas y 10 champagnes. Tintos sobre todo de Aragón, La Rioja y Ribera. No se puede decir que actualizada, pero con presencias interesantes (Emilio Moro, Roda, Pago de Carraovejas). No aparecen demasiadas DOs. Precios ajustados (x1.5). Pedí Care Crianza 2006 (12€) servido en copa aceptable y bien de temperatura. El camarero atento a rellenar.

Precio total: 61€ (inc. IVA, pan y servicio a 1.90€ y botella de agua de 1l a 3€) Y SIN POSTRE

Restaurante ubicado al final de la calle del Coso, a orillas del Rio Ebro. Tan tradicional ubicación parece obligar al local a apostar por esa estética y por ese tipo de comida.

El entorno: Ambiente añejo. Techos altos, vigas de madera vistas, paredes imitando escorchones, humedades... Comedor muy amplio, con zonas separadas que aportan mucha intimidad, mesas muy separadas, amplias, bien vestidas. La sensación es de gran comodidad, parece que no cenas en un comedor de restaurante, es como si cenaras en una vieja casa de pueblo, un gran acierto.

La comida: Carta. Seis personas. Panes variados. Dos entrantes; salteado de verduras y garbanzos de fuentesauco con almejas. Dos bandejas de verduras, salteadas con jamón. Bueno. Los garbanzos, nos explican que se supone son unos de los garbanzos de mayor calidad de España. Raciones individuales para cada comensal, buenos de sabor, pero para mi gusto algo faltos de cocción, una compañera de mesa los definió como "al dente". Segundos; merluza frita con verduras, olvidé preguntar, creo que bien. Lomito de ciervo con chalotas confitadas, bueno según me dijeron, me dejaron un trocito al final para probar pero ya me llegó frio con lo que no puedo opinar. El ternasco sobre migas, magnífico, señalan que lo mantienen 13 horas para conseguir que esté tierno y jugoso, y lo consiguen. Pieza deshuesada, piel crujiente y carne muy tierna. Nos comenta la camarera que la pieza al cocinarse tanto tiempo, absorbe lentamente el aceite, consiguiendo el resultado final. Los muy sensibles pueden percibir algo contundente el plato por la presencia de aceite, a mi me pareció estupendo. Mención aparte a las migas de guarnición. Sueltas, exentas de sensación aceitosa, ¡crujientes!,con el regusto del aceite muy presente, tanto que pregunté con que aceite las cocinaban, me dijeron que era aceite del bajo Aragón, mezcla de Empeltre (variedad autóctona), Arbequina y Royal. Espectaculares, si no son las mejores que he comido pues irán muy muy cerca. Postres, dos para compartir. Bizcocho aireado con trozos de melocotón de Calanda y helado. Bueno, típico postre para los no muy golosos y para los que han cenado contundente y no quieren sobrecargar más. Mil hojas de chocolate con helado de yogur, probé un trocito y me pareció también rico y nada empalagoso. Dos cafés. A modo de conclusión diría que es un restaurante en el que se come bien, con calidad en el producto. Obligatorio probar el ternasco.

Servicio: Magnífico, profesional. La camarera que nos atendió cercana, muy simpática e interesada en saber nuestra satisfacción con los platos, en explicarlos y saciar nuestra curiosidad. Muy atenta a servir el vino.

Vino: La carta correcta, centrada en vinos aragoneses, especialmente en Somontanos. Cojearía de referencias de Denominaciones españolas menos tradicionales y extranjeras, aunque algún riesling de Alsacia había, así como un Petrus a 1.500€, aunque de forma anecdótica. Buena variedad de espumosos. Elegimos Remelluri reserva (28€). Correcta temperatura, buenas y bonitas copas. Primera botella, de la añada de 2002, me gustó mucho tanto en nariz como en boca, lo cual me alegra porque tenía un poco olvidados este tipo de vinos, desde luego de forma muy injusta. Segunda botella, pensaba que de la misma añada, aunque notaba cierta astringencia que la primera no tenía, pregunto si era del mismo año y me comentan que no quedaban de 2002, por eso habían sacado un 2004. ¿la añada? ¿le vendrá bien botella al 2004? Agradecería respuesta ya que a mi me falta mucho todavía en el tema vino. Gracias de antemano. También reseñar que el 2004 dejó bastante poso en las copas, ¿debió ser decantado? Probablemente.

A modo de cierre, decir que sin llegar a los dieces de valoraciones anteriores, el restaurante merece la pena, se nota el interés por hacer las cosas bien y salvo pequeños detalles lo consiguen, además en todo momento sientes una agradable sensación de comodidad, te sientes a gusto. Recomendable. Precio sin vino.

Un restaurante muy recomendable.
Centrico, cerca del "tubo" y de los hoteles, no se necesita coches para llegar.
Un atendimiento profesional con detalles y sobre todo un excelente menú de degustación sin olvidar la carta de vinos que es muy interesante.
Se vais a Zaragoza, la Bastilla es seguramente un restaurante a visitar.

He estado varias veces.las Tomas de la Bastilla (Menú degustación)siguen siendo eexcelentes por menos de 50 por barba con blanco y tinto crianza de Viñas del Vero. Entrantes: foie mi-cuit casero espectacular y en cantidad.Migas con huevo presentadas en vaso alto(deliciosas).Arroz cremoso con boletus (sabroso, para degustar despacio) y después un Ternasco Asado que le faltaba textura crujiente para mi gusto. Hacen uno cocinado a baja temperatura (unos 80 grados)durante horas que está disponible en la carta y tiene que estar delicioso (lo sirven deshuesado).Servicio amable, profesional pero sin estiramientos.Restaurante acogedor y con buena separación entre mesas(antiguo convento restaurado).Asientos muy cómodos.Un restaurante muy recomendable. Para volver siempre.

Mis primeras visitas a este establecimiento se remontan a mas de 10 años atrás y por lo que veo, sigue siendo un establecimiento excelente en todos los aspectos. He organizado cenas de empresa para 30 personas y hemos almorzado 2 y 4 personas y siempre el resultado igualmente excelente. Calidades de primera y muy bien tratadas. Bodega y servicio, de altura a precios muy normales, entonces, con propuestas interesantes de vinos de la tierra. Trato y servicio muy diligente, cordial, educado y discreto, muy de agradecer en estos tiempos. El local, elegante y amplio, son las antiguas caballerizas del convento de monjas situado arriba.

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